Wednesday, September 30, 2009

Visita al Ministerio de Defensa.-

El Príncipe quiso rendir homenaje a los soldados fallecidos el día 17 en Kabul (Afghanistán), en el monumento a los mártires de la Patria del Ministerio de Defensa Italiano.

Todas las víctimas militares pertenecían a la Brigada de Paracaidistas de la Folgore de Italia, un país que ha sufrido ya una veintena de bajas en la región desde 2004.

Después fue recibido en la entrada por el General, y visitó en Círculo Militar de Oficiales, en el Palacio Barberini., acompañado por el Coronel Erminio Corbo.

El Coronel Erminio Corbo, entregó los gemelos del Ministro de Defensa al Gran Maestre de la Orden Bonaria.


El Príncipe con el Coronel Emilio Corbo.

Galeria de Arte a la Entrada del Círculo Militar.-

Jardines del Palacio Barberini.-


Con el Teniente Coronel.

Entregando los gemelos del Ministro de Defensa Italiano.-

Visita a la Ciudad del Vaticano.-

Después de la firma del Acuerdo de colaboración y hermanamiento con la Orden de Malta, y después de visitar el Palacio Barberini, y el Ministerio de Defensa de la República Italiana el Príncipe fue invitado a visitar la ciudad del Vaticano, y la zona extraterritorial, en la que se encuentra el edificio de Radio Vaticana, que tiene la terraza con mejores vistas de la ciudad de Roma y sede episcopal de Monseñor SPARTÁ, Capellán General del Rito Católico de la Orden Bonaria.

Una hermosa puesta de Sol, que poco a poco iba iluminando la Cúpula de San Pedro a la Derecha, y el Palacio Sant Angelo a la izquierda, hacían una tarde bendecida y verdaderamente maravillosa para finalizar el día.

Vista desde la Sede Episcopal de Monseñor Spartá.

De Izquierda a derecha, miembro de seguridad de la República Italiana, Monseñor Spartá, el Comendador de Angelis, la Priora General para Asuntos Culturales, el Príncipe y el Embajador de la Royal and Imperial House of Orient en Roma.

Una hermosa puesta de sol.


La esencia del estado de la Ciudad del Vaticano se fundamenta en su unión con la Santa Sede, de manera que el Papa es a la vez Cabeza Suprema de la Iglesia Católica y Jefe de Estado del Estado de la Ciudad del Vaticano. En consonancia con esta doctrina, el Vaticano es el único territiorio europeo que explícitamente defiende su carácter de teocracia. Formalmente es una teocracia electiva, en la que la elección del Papa corresponde al Sacro Colegio Cardenalicio (cuyos miembros son designados por los anteriores Sumos Pontífices), reunido en Cónclave, lo cual actualmente se hace según las disposiciones de la Constitución Apostólica Universi Dominici gregis, promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996 y modificada por Benedicto XVI en junio de 2007. Sólo el colegio cardenalicio tiene derecho a voto, quedan excluidas las mujeres y el resto de hombres que residen en la Ciudad del Vaticano.

El electo se convierte en Papa en cuanto manifiesta su aceptación, siempre que tuviera ya el carácter de obispo. En caso contrario, el elegido debe ser ordenado Obispo inmediatamente. En cualquiera de los dos casos, el Papa electo adquiere desde el mismo momento de su aceptación, y ordenación en su caso, la plena y suprema potestad en la Iglesia Católica y como Jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano.
Los órganos de gobierno del régimen de la Ciudad del Vaticano no forman parte de la Curia Romana (Cfr. Art.1 de la Constitución Apostólica Pastor Bonus), sino que tiene un ordenamiento jurídico específico. El segundo al mando del gobierno del Vaticano, después del Papa, es el Secretario de Estado aunque no corresponden a la formación real de Estado, labor que actualmente cumple el cardenal Tarcisio Bertone.
La Ley Fundamental de la Ciudad del Vaticano constituye la norma constitucional más importante; según la cual el Papa, "tiene la plenitud de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial". Únicamente se prevé la distinción de funciones; es decir, el Papa no ejercita estas funciones de forma directa en la mayoría de los casos (de facto, la potestad judicial nunca la ejercita personalmente) sino que se constituyen diversos órganos vicarios que administran el gobierno de este Estado, cada uno de los cuales ejercita una de las funciones.No existe sistema judicial alguno que rija, dejando a Italia las diferentes tareas de enjuiciamiento criminal.
El idioma oficial es el latín, aunque el idioma hablado es el italiano. La moneda, según un acuerdo suscrito con la Unión Europea (UE), es el euro.
Con el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República de Botsuana, son ya 177 (2008) estados de todo el mundo los que mantienen reconocimiento bilateral con la Santa Sede, reconociendo la existencia del microestado. Entre los países que no tienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede se encuentran China, Corea del Norte, Vietnam y Arabia Saudí.
La Guardia Suiza es el cuerpo militar encargado de la seguridad de la Ciudad del Vaticano. Está compuesta por unos cien soldados (todos varones): cuatro oficiales, 23 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros y un capellán. Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusil suizo Sig 550), aunque también se enseña a manejar la espada y la alabarda.

La Guardia Suiza tiene su cuartel frente al Palacio Apostólico Pontificio.
Según el Tratado de Letrán, se ha establecido que la Policía italiana custodie, junto con la Guardia Suiza y los Servicios Vaticanos de Seguridad, la Plaza de San Pedro.
La defensa de la Ciudad del Vaticano es proporcionada por Italia.

El proyecto de construcción de la Basílica de San Pedro empezó con Julio II en 1506 y terminó con Pablo V en 1626, cuyo nombre aparece en la fachada de la basílica.

Hubo dos proyectos iniciales, realizados por Bramante y Rafael, respectivamente. El primero es un proyecto de cruz griega y el segundo de cruz latina. Posteriormente, Miguel Ángel retoma el proyecto de cruz griega de Bramante, diseñando también la cúpula de la basílica. El último arquitecto que intervino en la construcción fue Gian Lorenzo Bernini. En la cúpula con dos metros de ancho está escrito "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificarás mi iglesia". En ese mismo lugar se construyó unos mil años antes otra basílica de tres naves longitudinales, paleocristiana. Ésta, en el siglo XV, amenazaba con derrumbarse y la sustituyeron.
En la actualidad esta permitida su visita, incluida la cúpula, siempre teniendo en cuenta que hay que vestir con recato. Está prohibida la entrada con tirantes y pantalones cortos tanto a hombres como a mujeres

Segundo Concilio de Lyon, los cardenales a pan y agua

En el concilio anterior al Segundo Concilio de Lyon, la elección del Papa se había prolongado durante tres años, tiempo durante el cual la Iglesia Católica permaneció sin Sumo Pontífice.
Para evitar esto, durante este Concilio se decidió que una vez reunidos los cardenales para elegir al nuevo Papa, estos serían encerrados bajo llave y aislados del exterior. Si a los tres días no habían llegado a un acuerdo su ración de alimentos se reduciría sustancialmente. Después de otros cinco días sin que la elección se hubiese producido los únicos víveres que se les suministrarían serían pan, agua y vino. Por si esto fuera poco, durante todo el tiempo que estuviesen reunidos los cardenales, sus ingresos irían destinados a la Iglesia.
El cadáver de un Papa sentado en el banquillo
El papa Formoso inició su pontificado el 6 de Octubre del año 891. Su trayectoria dentro de la Iglesia había estado repleta de controversias, hasta el punto de que siendo cardenal fue excomulgado por el Papa Juan VIII por coronar a Arnolfo Rey de Italia. Por este y otros hechos se decidió juzgar a Formoso sin que fuese un impedimento para ello el hecho de que ya hubiese fallecido. El Papa Esteban VII ordenó su exhumación y siguiendo sus mandatos, el cadáver fue revestido con indumentaria papal y sentado en un trono para ser juzgado. Formoso fue interrogado pero lógicamente no respondió a ninguna pregunta. Ante el silencio del cadáver se le encontró culpable de "Haber usurpado la Silla de San Pedro". Su condena fue la amputación de tres dedos de su mano derecha y ser arrastrado por las calles de Roma para después ser arrojados sus restos al Río Tiber.
Un Papa talando un nogal
En la Piazza di Popolo (Plaza del Pueblo) de Roma crecía un nogal en el lugar donde Nerón se suicidó y posteriormente fue enterrado. Los habitantes del lugar afirmaban que allí ocurrían sucesos extraños atribuidos a diablos malignos. El Papa Pascual II presenció una aparición de la Virgen María instándole a desenterrar los restos de Nerón, quemarlos y arrojarlos al Río Tiber. También debía talar el nogal que allí crecía. Pascual II siguió las instrucciones de la Virgen al pie de la letra hasta el punto de que fue él quien propino el primer hachazo al famoso nogal. Posteriormente se edificó allí la Iglesia de Santa María del Popolo y sobre el altar de esta se puede apreciar una figura de Pascual II talando el nogal.
Sobre la autenticidad de la reliquia del prepucio de Jesús
Tal y como relata la Biblia y siguiendo la tradición judía, Jesús fue circuncidado ocho días después de su nacimiento. En ningún momento se cuenta en el libro sagrado si se guardó el prepucio cercenado ni dónde fue a parar. Sin embargo, durante el Renacimiento, doce iglesias distintas afirmaban estar en posesión de esta reliquia. Esto hizo que los teólogos de la época discutieran sobre la autenticidad de la reliquia e incluso sobre si Jesús al ascender a los cielos llevó consigo esa parte de su cuerpo o no.
El maestro de ceremonias del Papa con orejas de asno
Miguel Ángel pintó numerosos desnudos en su gran obra "El Juicio Final" que decora el interior de la imponente Capilla Sixtina. Por está razón el artista fue amonestado por Biagio da Cesena, maestro de ceremonias del Papa. En sus propias palabras: "Es una desgracia que en lugar tan sagrado se hayan trazado figuras obscenas que exhiben su desnudez de un modo más propio de un burdel o una taberna.". A Miguel Ángel esta llamada de atención no le sentó nada bien, y como venganza retrató a Biagio en una esquina, desprovisto de ropa y luciendo unas espléndidas orejas de asno.


Homenaje Columna de Trajano.-

El Príncipe, quiso rendir homenaje al pueblo de Rumanía, ante la columna de Trajano, símbolo sagrado del pueblo rumano en el exilio.

La columna de Trajano se inauguró en el año 113 d.C. En sus relieves se muestra la evolución de las campañas militares contra los dacios. Los grabados en espiral cuentan con más de 2600 figuras, detallando cada uno de los momentos más importantes de dichas campañas militares.

En lo alto de la columna de Trajano se colocó una estatua del emperador, que fue sustituida en el año 1587 d.C por una de San Pedro.

Su altura casi alcanza los 40 metros y en el interior cuenta con una escalera de caracol para con pequeñas ventanas para facilitar la orientación por ellas.

En el momento de la muerte del Emperador Trajano, sus cenizas fueron ubicadas en urna de oro situada en la base de la columna.
1. ¿Una figura controvertida?
Es difícil que los personajes históricos de la talla de Trajano no sean objeto de controversia, pues su enorme relevancia les somete de inmediato no sólo al juicio crítico de sus contemporáneos sino también al de la posteridad. Sin embargo, este emperador de Roma gozó en su época y en los tiempos inmediatos a su gobierno del máximo prestigio posible; tan sólo Augusto, instaurador del Imperio, parece haber estado a su altura. Por eso, cuando el senado aclamaba a los emperadores posteriores, expresaba siempre el mismo deseo: “que sea más afortunado que Augusto y mejor que Trajano”, una fórmula estereotipada en la que siempre se repetían los mismos nombres. El senado le otorgó el título de Optimus Princeps y Eutropio dice que “con toda justicia debe ser considerado el mejor de todos los emperadores”. El reconocimiento de sus méritos es aceptado por los literatos latinos con unanimidad sólo ensombrecida por las opiniones críticas de Tertuliano, apologista cristiano del siglo III, y Elio Esparciano, biógrafo del emperador Adriano: el primero le reprocha su persecución de los cristianos y el segundo la temeridad de sus conquistas.
Este doble reproche ha tenido continuidad en tiempos posteriores, de manera que durante siglos el cristianismo imperante en el mundo occidental fue un freno para el encumbramiento de su figura y, en tiempos más recientes, su agresiva política frente al enemigo exterior ha sido criticada desde posiciones antiimperialistas.
Tal vez estos juicios adversos han propiciado que Trajano no tenga en nuestros días el renombre de Augusto o quizá es que le faltó, como a tantos grandes hombres, el escritor que hiciera un relato artístico de sus proezas.
2. Un cantor de sus hazañas.
Cuentan que Alejandro Magno lloró ante la tumba de Aquiles, lamentando no tener un cantor de sus hazañas como Homero. Quizá nuestro emperador fue un héroe a quien también faltó el poeta que inmortalizara sus gestas. Augusto tuvo entre otros nada menos que a Virgilio y Horacio, Trajano, a falta de poetas, contó con uno de los mejores prosistas de Roma, Plinio el Joven, quien en agradecimiento por haber sido nombrado cónsul, escribió el famoso Panegírico a Trajano, un escrito en el que los elogios al emperador alternan con interesantes reflexiones sobre la monarquía y el ejercicio del poder; también sus Cartas contienen datos imprescindibles para el mejor conocimiento de Trajano y su época; lástima que la amistad y la dependencia jerárquica devalúen necesariamente lo trasmitido por Plinio.

Sin duda ha contribuido también al menor conocimiento de la figura de Trajano el hecho de que lamentablemente no conservemos una biografía extensa, pues Las vidas de los doce Césares de Suetonio llegan hasta Domiciano (96 d.C.) y La Historia Augusta se inicia con Adriano (117), de manera que hemos de conformarnos con los resúmenes que nos han trasmitido los abreviadores de época tardía.

Sin embargo, la importancia de sus actos de gobierno queda patente en las numerosísimas noticias y alusiones que encontramos dispersas en los más diversos autores y en las fuentes jurídicas, numismáticas y epigráficas. Además, como si hubiera intuido las carencias en la transmisión de sus empresas, Trajano se preocupó de ilustrar algunas con la erección de notables monumentos, que se han conservado a pesar del paso del tiempo, como si una Fortuna cómplice hubiera querido compensarle de este modo; entre ellos merece especial mención la Columna Trajana, cuyos espléndidos bajorrelieves constituyen una crónica de la conquista de Dacia

M. Yourcenair, autora de Memorias de Adriano fue la mejor cantora de la gloria de este emperador; a Trajano también le ha faltado el novelista o el cineasta que lo encumbrara, aunque fuera diecinueve siglos después de muerto.

3. De Itálica a Roma pasando por medio Imperio.

Marco Ulpio Trajano fue el primero que sin haber nacido en suelo itálico alcanzó la cima del poder imperial; quizá por esta razón se ha discutido más de lo debido su nacimiento en la ciudad de Itálica, en la Bética hispana, aunque así lo indican con claridad las fuentes antiguas de mayor crédito. Allí nació también su padre, un ilustre militar y político, que, según parece, elevó considerablemente la prosapia familiar, pues, hasta entonces, los Ulpios de la Bética eran gente de escaso renombre.

Su nacimiento en el 53 d. C. no se pone en duda, pero desconocemos en qué momento Trajano llegó a Roma por primera vez. En el 76 lo encontramos en Siria iniciando sus glorias militares, pues destacó en la victoria sobre los partos de las armas romanas, comandadas por su padre. De allí debió de trasladarse a Éfeso, capital de la provincia de Asia, donde Trajano padre fue nombrado gobernador en el 79. Se mantuvo algunos años más en el ejército, alternando sus ocupaciones militares con la carrera política, que culminó en el 91, cuando fue elegido cónsul, la más alta jerarquía de las magistraturas romanas.
Nada más asumir el poder imperial, Nerva le nombró gobernador de Germania y allí recibió la noticia de que también le había adoptado para sucederle como emperador. Nerva murió en enero del 98, pero Trajano, tras asumir el cetro imperial, continuó sus trabajos de fortificación de la frontera del Rhin y retrasó su llegada a Roma más de un año y medio. Este retraso es considerado por algunos como un rasgo paradigmático de su carácter, que anteponía el cumplimiento del deber a cualquier otro menester, pero también puede interpretarse como un calculado movimiento político que pretendía afianzar su prestigio militar y consolidar así los apoyos políticos con que contaba en la Corte.
En el verano del 99 llegó a Roma como emperador en compañía de su única esposa, Plotina, de la que no tuvo hijos. Dicen que era mujer de inquietudes intelectuales y que su influencia fue decisiva en algunos actos de gobierno del emperador; particularmente en la elección de Adriano como su sucesor, con quien, si hacemos caso a los chismes de Esparciano, tenía unas relaciones más que amistosas.
4. “Justo, clemente, duro y leal”.
Gracias a los datos que las fuentes nos suministran podemos saber que Trajano era bien proporcionado y de más que mediana estatura, ojos profundos, barba espesa, tez morena y un cabello bastante poblado que encaneció a temprana edad. Dormía poco y no tenía especial preocupación por la comida. Sin embargo, cuenta Aurelio Víctor que, consciente de su pasión por el vino, ordenó que no se tuviesen en cuenta las órdenes que daba después de los banquetes.
Este mismo historiador dice que era “justo, clemente, duro y leal con los amigos” y algunas anécdotas de su vida, trasmitidas por él o por otros autores parecen confirmarlo. Pidió a los sacerdotes que cada vez que rogaran por la prolongación de su reinado, añadieran: “siempre y cuando lo merezca”. Ante el reproche de que era excesivamente amistoso con todo el mundo, contestó: “quiero tratar a los demás como yo hubiera querido ser tratado si no fuese emperador”. Cuando nombró prefecto del Pretorio a Suburano, al entregarle el puñal que simbolizaba el mando, le dijo: “Te lo entrego para defenderme, si me conduzco bien; en caso contrario, úsalo contra mí”. Particular empeño ponen las fuentes en resaltar la lealtad hacia los amigos; a tal propósito refiere Dión Casio que cuando personas del entorno del emperador acusaron a su amigo Licinio Sura de conspiración, Trajano se presentó en su casa sin ser invitado y pasó todo el día con él, compartiendo la mesa y los baños; al día siguiente dijo a los intrigantes: “Si Sura hubiera querido matarme, lo hubiera hecho ayer”.
Era hombre de cultura modesta y mediana elocuencia, pero tenía en gran aprecio a los hombres sabios. Cuenta Filóstrato en su Vidas de los sofistas que un día departiendo en Roma con Dión de Prusa, filósofo estoico con quien tenía cierta familiaridad, terminó diciéndole: “no sé qué dices, pero te amo como a mí mismo”.
5. Conquista o guerra preventiva.
Trajano fue Princeps casi veinte años, prácticamente la mitad ocupados en campañas militares. La invasión de Dacia, poco después de asumir el poder, supone una ruptura con la política que habían seguido los emperadores desde la época de Augusto, cuyas guerras externas habían tenido como objetivo alcanzar fronteras naturales que sirvieran de baluarte defensivo frente a las posibles invasiones: el mar, el desierto o los grandes ríos conformaron el limes o línea fronteriza estable, más allá de la cual parecía temerario aventurarse.
Las tribus dacias habían tenido ya algunos éxitos frente a las tropas romanas en tiempos de Domiciano y la agresividad de su rey, Decébalo, proporcionó a Trajano un buen pretexto para la conquista, que se llevó a cabo en dos campañas sucesivas, sólo separadas por el intervalo de tres años (101-102 y 105-106), en las que se puso de manifiesto la capacidad militar del emperador. La región fue inmediatamente colonizada y convertida en la nueva provincia de Dacia, un extenso territorio en el que se asienta la actual Rumanía. Su enorme riqueza minera no pudo ser ajena a las razones de la conquista y menos todavía el enorme prestigio conseguido por el emperador ante el ejército, el senado y el pueblo.
En el año 114 los asuntos armenios propiciaron la intervención de Trajano en la frontera oriental, dejando bien a las claras sus afanes conquistadores. Sus exitosas campañas frente a los partos y sus aliados culminaron con la toma de Ctesifonte, la capital del reino, en el 116. Armenia, Mesopotamia y Asiria fueron declaradas provincias romanas y de no caer gravemente enfermo habría intentado llegar hasta la India, para igualar así la gloria militar de Alejandro Magno, referente mítico de cualquier jefe militar de la civilización mediterránea.
Murió, casi con las botas puestas, cuando era trasladado a Roma, el año 117 en tierras de Cilicia, en la actual Turquía. No puede dejar de sorprendernos que las empresas bélicas de Trajano, inconmensurables en tantos sentidos, hayan tenido un reflejo literario tan exiguo. Quizá la renuncia de Adriano a las nuevas provincias conservando únicamente Dacia, puede tener algo que ver en ello, pues era una forma de indicar que la política agresiva de Trajano era errónea y que los beneficios que de ella se derivaban eran inferiores a los perjuicios.
6. Un gobierno liberal.
Sus prolongadas estancias en la guerra externa no impidieron a Trajano llevar a cabo una intensa política interior, motivo de encendidos elogios en la historiografía romana, portavoz de la opinión del senado, una antigua institución que reunía en su seno a la aristocracia y añoraba el poder de que había gozado en el régimen republicano anterior a la instauración del Principado por Augusto. Este emperador y algunos más, como Tiberio o Vespasiano, había concedido al senado un importante papel en la administración del Imperio; sin embargo, otros, como Calígula, Claudio, Nerón o Domiciano hicieron de la institución un organismo totalmente sometido a la majestad imperial.
El ascenso al poder de Trajano supuso para el senado la recuperación de la libertad perdida, “un tiempo nuevo”, dice Plinio, “en el agrada decir lo que se siente y sentir lo que se dice”; el contraste con los tiempos del despótico Domiciano también coadyuvó al buen recibimiento que los senadores tributaron a Trajano, una de cuyas primeras decisiones fue desoír las denuncias anónimas, que tantos estragos habían causado en anteriores principados.
Con la colaboración del senado, donde implantó el voto secreto, Trajano emprendió un plan de regeneración moral y política, que tuvo consecuencias en la administración, la justicia y la economía. Se preocupó especialmente de aumentar los recursos del fisco, con el fin de llevar a cabo su política de construcciones y mejora de las infraestructuras y para desarrollar algunas medidas sociales, pues Trajano fue un emperador liberal en las dos acepciones que el adjetivo tiene en nuestra lengua. “Liberal con todos”, dice Eutropio, “enriqueciendo a todo el mundo tanto en el plano público como en el privado”. Entre las medidas que tomó los economistas suelen comentar los llamados alimenta, un plan de ayuda a los propietarios agrícolas, consistente en la concesión de créditos hipotecarios a bajo interés y cuya originalidad consistía en que los intereses que se recaudaban se destinaban a la alimentación de los niños de condición libre; de este modo, Trajano, al tiempo que incentivaba el sector agrícola, favorecía el desarrollo de la natalidad, que había caído hasta índices alarmantes.
7. El emperador albañil.
El impulso constructor de Trajano es unánimemente destacado en todas las fuentes, de manera que probablemente entre los emperadores romanos sea a él a quien más convenga este popular título que entre los reyes de España fue otorgado a Carlos III. “Construyó edificios por todo el mundo”, dice Eutropio, y lo hizo además con finalidad práctica y estética. En efecto, por un lado, se preocupó de realizar aquellas construcciones necesarias para facilitar la romanización y mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos: abrió caminos en terrenos lejanos e inhóspitos, creó nuevas vías, mejoró las deterioradas condiciones de la posta pública, construyó nuevos acueductos y puentes, entre los que destaca el que hizo sobre el Danubio para facilitar la conquista de la Dacia…Por otro lado, levantó edificaciones que, además de contribuir a la perpetuación de su memoria, tenían como objetivo el embellecimiento de la Urbe y un aumento en las posibilidades de diversión de los romanos: arcos triunfales, teatros, circos, etc. Mención especial merece el Foro de Trajano, un conjunto de edificios, cuyas ruinas son todavía hoy un deleite para el viajero que visita Roma.

En España conservamos importantes vestigios de esta actividad constructora, sobre todo vías y puentes, el de Alcántara, sobre el Tajo, es sin duda el mejor conservado.


8. Las dudas del cristianismo.

No hay acuerdo entre los autores cristianos de época tardoromana en si Trajano debe figurar o no entre los emperadores que persiguieron al cristianismo. Lactancio dice que no, pero Orosio y San Agustín afirman lo contrario. En una carta de respuesta a Plinio, cuando era gobernador de Bitinia, Trajano ordena a éste no perseguir sistemáticamente a los cristianos aunque sí atender las denuncias particulares que sobre ellos se presentasen. Conocemos, por otra parte, que hubo algunos mártires en su época, pero no sabemos si la responsabilidad en tales martirios es achacable a los gobernadores provinciales o al propio emperador. A partir de estos datos y, desde posiciones ideológicas distintas, se originó un debate, todavía inacabado, sobre la posición de Trajano frente al cristianismo, que, como vemos, tiene su origen en las dudas de los primeros escritores cristianos.

Probablemente, la leyenda que cuenta que el Papa Gregorio Magno salvó el alma de Trajano con sus súplicas es producto de tales dudas. ¿Cómo un hombre tan justo y tan admirado, considerado Optimus Princeps no sólo en su época sino también muchos siglos después, podía haber perseguido a los cristianos? Era necesario integrarlo en el grupo de emperadores no perseguidores, para hacer valer la ecuación emperador bueno igual a emperador no perseguidor, que tan sabiamente introdujo Lactancio en su Sobre la muerte de los perseguidores. La leyenda refiere que, ante los rezos del Papa, una voz divina se le apareció en sueños diciendo: “He escuchado tus súplicas y perdono a Trajano; pero guárdate en adelante de pedirme por los impíos”.

Cronología: Principales acontecimientos de la vida de Trajano:
-53 d.C.: nace en Itálica, en la Bética hispana.
-76: participa como tribuno militar en la victoria sobre los partos en Siria.
-91: es elegido cónsul.
-97: es nombrado gobernador en Germania.
-98: es elegido emperador a la muerte de Nerva.
-101: primera expedición contra los dacios.
-107: terminan las guerras dácicas. Dacia se convierte en provincia romana.
-114: las tropas romanas avanzan sobre Armenia.
-116: culmina su expedición en Oriente con la toma de Ctesifonte.
-117: muere en Selinonte (Cilicia), de regreso a Roma.

Bibliografía
Estudios:
-Julián González (Ed.), Imp. Caes. Nerva Traianus Aug, Ediciones Alfar, Sevilla, 1993.
-Mª Pilar González-Conde, La Guerra y la paz bajo Trajano y Adriano, Fundación Pastor de Estudios Clásicos, Madrid, 1991.
-Francisco Mayán, Trajano o el cumplimiento del deber, Diputación provincial, Lugo, 1999.
Novelas históricas:
-Jesús Pardo, Yo, Trajano, Planeta, Barcelona, 1991.
-Corson David, Trajan and Plotina, iUniverse.com Inc., 2003.
Cine histórico:
-Los dacios, director S. Nicolaescu, 1966, película de propaganda nacionalista rumana.
-La columna de Trajano, dir. Mircea Dragan, 1968, también de nacionalidad rumana.

Hermanamientos en Roma.-

En la sede de la European Academy, tuvo lugar la firma de hermanamiento de las diferentes instituciones.

A nivel cultural y académico, en nombre de la Academia Concordia de las Artes y las Ciencias, se firmó un acuerdo de reconocimiento bilateral, entre esta Institución y la European Academy, y la Europaische Akademie der Nasturwissenchaften de Hannover, firmó Elena Manfré, Priora General de Asuntos Académicos de la Orden Bonaria.

En nombre de la Federación de Prioratos Autónomos de la Orden de Malta, firmó por mandato el Comendador Sante de Angelis.

La European Academy, hizo entrega al Príncipe de un grabado del Padre Eterno como creador del Mundo, pieza catalogada.

La Orden de Malta, entregó unos gemelos de oro. En ese momento el Gran Maestre sacó los suyos y los regaló al Comendador de Angelis.

Al finalizar un brindis por este maravilloso proyecto conjunto.



La Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, tras la pérdida de la Ciudad Santa pasó su sede a Chipre, luego a Rodas hasta año 1522 que perdieron la isla, pasando su sede a Malta en 1530. Hasta nuestros días ha llegado el nombre abreviado de Orden de Malta ya que fue en Malta donde tenía la sede cuando se hizo famosa por frenar el avance turco en 1565. Los caballeros de la Orden eran conocidos como Hospitalarios y también como Sanjuanistas. En un principio, los hábitos de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, eran negros, con una cruz blanca de ocho puntas (las ocho bienaventuranzas). A partir de 1259, los sanjuanistas cambian la sobrevesta para la guerra por la de color rojo con una cruz blanca que cruza la vestimenta.


Los inicios se remontan a mitad del siglo XI, cuando Jerusalén se hallaba bajo el dominio de los califas de Egipto, antes de su toma por los ejércitos de la Primera Cruzada (1099). Mercaderes amalfitanos hicieron construir una iglesia y un hospital para la atención de los peregrinos de Tierra Santa. Según una leyenda, el hospital adquirió tal prestigio que el Califa donó a fray Gerardo, rector del hospital, un trozo de los muros de la ciudad en el que se comprendía una puerta y las llaves de ésta, confiriendo así al hospital el símbolo de una autonomía y una rudimentaria personalidad que le libraban de injerencias musulmanas. El tal fray Gerardo era un religioso y fue beatificado a su muerte. El hospicio-enfermería estaba administrado por una comunidad de religiosos benedictinos dedicada a San Juan Bautista.

En 1099, los cruzados, al mando de Godofredo de Bouillón, conquistaron Jerusalén. El hospital acogió a los cruzados heridos. Algunos cruzados se unieron a los religiosos y se constituyeron en Orden, adoptando como emblema la cruz octógona. Fray Gerardo pidió al Papa Pascual II que la Orden fuese puesta bajo la tutela de la Santa Sede con la "Protectio Sancti Petri".


El Papa la concede por medio de la bula "Piæ postulatio", de 15 de febrero de 1113, con la que la Orden queda sustraída a los avatares del Reino latino de Jerusalén. La Bula -emanada durante una sesión del concilio de Benevento- amplía y confirma los privilegios ya recibidos por parte de los príncipes y de los Patriarcas de Jerusalén, sanciona de un modo solemne un estado de hecho. Por su parte el Papa Calixto II, en 1120, confirmó y amplió los privilegios concedidos por su predecesor.

La bula se refiere a las posesiones de la Orden "en Asia y en Europa". Se refiere también a la elección de quien tenga que suceder al beato Gerardo y dice: "aquel que los hermanos profesos establecerán, según Dios, que deba ser elegido". De ello podemos deducir la existencia de una Regla, que no ha llegado hasta nosotros, y la de una comunidad dividida en dos categorías, profesos y no profesos. La Regla fue ampliada y codificada por el sucesor del beato Gerardo, Raimundo de Puy, primero en usar el título de Gran Maestre, y aprobada por el Papa Eugenio II en 1145. Fray Raimundo fue también el introductor de la cruz blanca octogonal, que hasta nuestros días es el emblema de la Orden.


En virtud de esta bula el Hospital se convierte en una Orden exenta.

La situación política, bajo Raimundo de Puy, obligó a asumir funciones militares para la protección de los enfermos, los peregrinos y los territorios cristianos que los Cruzados habían recuperado. Así la Orden de San Juan adquirió el carácter de una Orden de caballería. Los caballeros eran al mismo tiempo religiosos sujetos a los tres votos. De esta manera se convirtió en una persona mixta, una Orden religioso-militar. Sus dos finalidades son el obsequium pauperum y la tuitio fidei.

En 1291, con la caída del Reino cristiano de Jerusalén, en su último baluarte de San Juan de Acre. la Orden se estableció temporalmente en Chipre.

Sinergia Bonaria en Roma. -

Sábado 26 de Septiembre en la Ciudad de Dios, repican las campanas por los Santos Cipriano y Justina en Oriente y Cosme y Damián en Occidente, “ Se agita el aire y baja solemne el nefele, la segunda nube del sudario del Xristos inmaterial sobre el bruñido cáliz, el aetos sustenta los pies del Obispo Giovanni Bernardo Gremoli, Prelado del Pontifice en Arabia y Yemen, por más de 30 años, del linaje Rebiba para nuestra alegría, y consagrado por el Arzobispo de San Pablo, Brasil, Don Agnello Rossi, que tenia sucesión de Duarte Silva y de Merry del Val, el pueblo fiel recuerda las ágrafas , que el Señor narraba sin escribir y los niños entonan un viejo acatistos a la Reina del Cielo.

En el altar, o “ Alta-Ara”, según los que saben, se sacrifica el cordero en un único sacrificio de la Ley Nueva, exclusivamente idéntico al de Cristo, y accidentalmente distinto por la manera de ofrecerlo, Jerusalem con Santiago, Alejandria de Marcos, Roma de Pedro, Ambrosiano en Milan, Mozarabe en Toledo, Galicano, Copta, Caldea, Malabar, Malankar, Asiria, Siria, Jacobita, Rutena, Griega, Rumena o Maronita, con rubricas divinas o eclesiásticas, esenciales o accidentales, generales o particulares, ordinarias o extraordinarias, con altares de madera o de piedra, por aquello de San Pablo a los Corintios, 1 Cor. 3:11 “Petra autem erat Christus”, cubierto con 3 manteles ,o con las reliquias de los Santos “ Sepultada intra altare “, o cocidas al Antimision, con la cruz entre las luces de los candelabros, o “ Suspensas supra altare “, Icono de la Thetokos a la izquierda, velas en tres por lado, nunca en candelabro de siete luces, por la similitud mosaica, ( Dice Martinucci ), patena de oro o dorada, cucharilla y canutillo, para sumir el sanguis, calice ministerial con asas, donde el pueblo bebía a sorbos, patena de “ Patendo in signum communionis distribuendae”, y no de patina, o platillo, para distribuir los dones a los fieles, corporal de 45 cm, y doblado nueve partes iguales, almidonado, pero sin bordados en el centro, palia e hijuelas de purísimo algodón o lino, nunca de seda, porque a esta la hace Dios y se necesita
“ El trabajo del hombre “, amito, alba, cíngulo, manipulo, estola, casulla, planeta, tunicela, dalmática, roquete, sobrepelliz, cotta, palio o pluvial, o tal vez se debe decir, orarion, rason, fotika, prosfora, stijarion, polyelos, diskos, artos, omoforion, sakos, epogonation, epimaniquias, zona, felonion o mirron, arzobispo o metropolita, vladika o monseñor, homilía o kerigma, thymiato o turibulo, eparquia o diócesis, apolicis o despedida, mitrado o mitroforo,y si regresamos al punto primal, donde todo se hace UNO, veríamos que en ese Sábado 26 de Septiembre, la Simbiosis era real, finalmente Oriente y Occidente en una unidad inconsútil, tienen el DERECHO de hablar a otros de unidad.
El Ecumenismo es un deber de la Iglesia, pero impone una obligación, y es la sinergia, o unidad sin fisuras entre sus partes, El Cardenal Paul Poupard, Presidente de la Comisión Pontificia por la Cultura, decía que Rusia nunca será romana, y que por el contrario debía ser mejor cristiana, esas son palabras de un Santo moderno y Bonario, protector de la Academia Concordia de la Orden Bonaria, hermanada con la Academia Bonifaciana y con la Academia Africana, un Obispo de la talla de Monseñor Gremoli , prelados, sacerdotes, monseñores, frailes, monjas, caballeros, generales, príncipes, banqueros, reyes y políticos, ministros o gentiles hombres, vieron doblar las rodillas al Señor de Tadmur, nuestro joven y dinámico Diarca de la Iglesia Ortodoxa de Rito Sirio Bizantino, porque en esa ceremonia, Dom Giusseppe Bernardo Gremoli, cumplía en ese rito sacramental, una antigua profecía bonaria, ser UNO, como Jesús exigiera en su último sermón sacerdotal , “ Sean uno, como mi Padre y Yo, somos uno, y así el mundo creerá………………”

Mons. Alfredo M. Montrezza

En un momento antes de la Solemne Ceremonia

El Príncipe acompaña a la Princesa Burduli de Georgia, esposa del Gran Maestre Teutónico.

El Vicario Apostólico de Arabia, da unas palabras de ánimo en pro del cristianismo, y bendijo especialmente a la Casa de Bathzabbay de Tadmur.



El Ministro de Asuntos Exteriores de la Royal and Imperial House of Orient.-

Los Príncipes con el Vicario de Su Santidad el Papa.


Entrevista a Giovanni Bernardo Gremoli por Gianni Cardinale.-


Monseñor Giovanni Bernardo Gremoli, Vicario Apostólico de Arabia, ha sido nominado Protector Espiritual de la Orden Bonaria.


«Esta atmósfera crispada por las viñetas contra Mahoma es terrible. Toda esta violencia es terrible. Cristianos y musulmanes asesinados, iglesias y mezquitas destruidas… es terrible. Debemos condenar todas estas violencias, no tienen justificación. Aunque hemos de afirmar con claridad meridiana que no se puede ofender ninguna religión ni ningún símbolo religioso. Pero, lo sabemos, la violencia genera violencia».

Monseñor Giovanni Bernardo Gremoli, «fraile capuchino antes que obispo» nos dice, está muy preocupado por el cariz que están tomando las relaciones entre mundo islámico y Occidente. Porque ha sido testigo de que la convivencia entre musulmanes y cristianos es posible incluso en la cuna del islam.

Monseñor Gremoli, obispo titular de Masuccaba, ha sido durante 30 años vicario apostólico de Arabia, con jurisdicción sobre todos los católicos presentes en Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Qatar y Yemen. Todo el mundo sabe que en Arabia Saudí los cristianos no pueden practicar ningún culto público: pero menos sabido es que en los otros países de la península arábica la situación es muy diferente y que en los últimos decenios se han construido en estos países iglesias, casas parroquiales y escuelas y que a los cristianos se les ha concedido libertad de culto. Y justamente para hablar de estos hechos poco conocidos 30Días ha decidido entrevistar a monseñor Gremoli, quien, por lo general muy reservado, ha aceptado responder por la profunda estima que siente por el director de nuestra revista y también por la confianza que tiene en quien escribe.

Monseñor Gremoli nos recibe en su humilde y pequeño estudio del antiguo Convento de los capuchinos de Florencia, sobre la colina llamada Montughi desde donde se divisa una espléndida vista de la ciudad de los Médicis. Colgadas en la pared, una gran imagen del san Pío de Pietralcina, sus fotos con los papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II («espero poder colgar pronto alguna con el papa Benedicto XVI»), además de la foto en la que estrecha la mano al jeque Zayed Bin Sultán al Nahyán de Abu Dabi, «gran benefactor de nuestra Iglesia».

Excelencia, ¿cuál era la situación del Vicariato apostólico de Arabia cuando llegó a Abu Dabi en 1976?

GIOVANNI BERNARDO GREMOLI: Era crítica. Mi predecesor había sido expulsado de la sede histórica del Vicariato que estaba en Adén, Yemen. Había pocos sacerdotes, unos once, pocos lugares de culto y era el momento del boom petrolífero, con miles de trabajadores católicos que de todas las partes del mundo iban al Golfo para trabajar en las compañías petrolíferas y en las cada vez más numerosas obras para la construcción de ciudades y acueductos.

¿Y qué hizo?

GREMOLI: Acepté en seguida llamar a sacerdotes, incluso ad tempus, no sólo de mi Orden, la de los franciscanos capuchinos, en aquel entonces en dificultad por lo que concierne a las vocaciones, sino también de otras congregaciones. Gracias a Dios entre los católicos presentes en el Vicariato había jóvenes inmigrantes que en su patria habían sentido la llamada del Señor. Entonces decidí enviar a algunos de ellos, los más convencidos, a estudiar en el extranjero. Siete mandé y siete regresaron como sacerdotes. Hoy desempeñan su misión en el Vicariato, que puede contar en total con 48 sacerdotes.

Luego afrontó la cuestión de los lugares de culto…

GREMOLI: Se trató de un asunto delicado y complicado. Se requirió mucha paciencia y delicadez y también una pizca de diplomacia para conseguir los permisos y los terrenos para construir iglesias y escuelas. A veces pasaron cuatro, a veces ocho años antes de recibir una respuesta positiva. Pero al final se lograron los resultados, que en algunos casos fueron superiores a las expectativas.

¿Cómo fue posible?

GREMOLI: Los gobernantes apreciaron la buena conducta de nuestros católicos, que siempre observaron las reglas de convivencia locales y demostraron un fervor religioso que impresionó positivamente a las autoridades locales. Más de una vez me dijeron que aceptaban mis peticiones porque los católicos rezan y rezan mucho, tienen una gran participación en los momentos de culto y en la vida sacramental. Al final, pues, en casi treinta años el Vicariato ha conseguido construir once iglesias y complejos parroquiales, todos en terrenos concedidos gratuitamente por las autoridades. La mayoría de los edificios sagrados fueron construidos en los Emiratos. Pero cuatro iglesias fueron edificadas también en Omán, donde no había ninguna en el siglo XIX, y una en Bahrein, donde la que se había construido en 1939, la primera en el Golfo, se había quedado pequeña.

Once iglesias construidas y otra en obras…

GREMOLI: Es un hecho histórico por dos motivos. Porque en Qatar no ha habido nunca iglesias. Y también porque en Qatar, como en Arabia Saudí, la población y los gobernantes son musulmanes wahabitas, una secta notoriamente muy ortodoxa.

Sobre Arabia Saudí hablaremos luego. Una de las cosas importantes hechas por el Vicariato son las escuelas católicas…

GREMOLI: Efectivamente, he de decir que nuestra presencia en el Golfo es apreciada precisamente por nuestras escuelas, que tienen un impacto muy positivo en las poblaciones y en las élites locales. En treinta años se han construido en el Vicariato ocho escuelas, siete en los Emiratos y una en Bahrein. Todas están dirigidas por religiosas de varias congregaciones (carmelitas indias, combonianas italianas, caldeas de Bagdad, hermanas del Rosario de Jerusalén). Están reconocidas oficialmente por las autoridades y son muy apreciadas tanto por el nivel elevado de la educación como por la disciplina y la atmósfera de respeto y fraternidad de los estudiantes que pertenecen a distintas nacionalidades y religiones, pero también porque disponen de estructuras modernas siempre en orden y limpias.

¿Qué características tienen estas escuelas?

GREMOLI: Están abiertas a todo el mundo y más del 60% de sus 16.500 alumnos es musulmán. El personal docente es muy cualificado, en esto las autoridades son muy exigentes. Las escuelas están bajo el control de los respectivos Ministerios de Educación –que frecuentemente envían inspectores– por lo que concierne a los programas. Y bajo el control de los municipios en lo tocante a la higiene.

¿Está prevista la enseñanza religiosa? ¿Según qué criterios?

GREMOLI: El gobierno ha establecido la obligación de impartir tres horas semanales de religión a todos los alumnos. Las escuelas, por tanto, dan clases de islam a todos los niños musulmanes (suníes, chiíes o de otras sectas), clases de cristianismo a todos los niños católicos y de todas confesiones cristianas, y principios de moral basada en la ley natural a todos los niños no cristianos ni musulmanes.

¿Han surgido problemas en estas escuelas durante estos treinta años?

GREMOLI: No hemos tenido nunca contraposiciones nacionales ni religiosas. La atmósfera ha sido siempre de mutua cordialidad y simpatía. De modo que cuando dejé el gobierno pastoral del Vicariato apostólico el ministro de la Educación superior de los Emiratos Árabes Unidos, donde están, como dije, siete de nuestras ocho escuelas (la otra está en Bahrein), el jeque Nahyán Bin Mubarak al Nahyán quiso expresarme personalmente su agradecimiento dedicándome una foto suya que conservo entre mis recuerdos más queridos.

Decía usted antes que las religiosas administran las escuelas. Pero hay también otras religiosas que se dedican a las actividades caritativas…

GREMOLI: En Yemen las religiosas misioneras blancas, profesionalmente muy preparadas, administraron durante muchos años algunos ambulatorios y trabajaron en varios hospitales hasta 1972. Por desgracia, por falta de vocaciones no pudieron seguir adelante. En Yemen además están presentes desde 1973 las religiosas de la madre Teresa de Calcuta, que actualmente administran cuatro institutos para niños minusválidos y ancianos abandonados. Durante muchos años las Misioneras de la Caridad tuvieron también un lazareto en Ta'izz que recogió y curó a centenares de enfermos: por su eficiencia fue llamado la Ciudad de la Luz, City of Light; y muchos enfermos después de haberse curado en vez de volver a sus aldeas preferían quedarse a vivir en los alrededores. Tanto los líderes como el pueblo yemení aprecian mucho el trabajo de las hermanas de la madre Teresa.

Y, sin embargo, en julio de 1998 tres religiosas fueron asesinadas bárbaramente cuando iban de su casa a su instituto de Hodeida…

GREMOLI: Se trató de un episodio trágico, pero aislado, que le costó la vida a sor Zelia, sor Aletta y sor Michela, y que desconcertó a las autoridades y al pueblo. Cometió el crimen un fanático que volvía de la guerra en Bosnia. Fue un duro golpe para el presidente, porque había sido el gobierno el que había invitado a las religiosas a ir a Yemen. La madre Teresa había visitado varias veces Yemen, y las autoridades la consideraron siempre como a una santa, tanto es así que en la ceremonia de su beatificación el gobierno envió como su representante a una doctora, miembro del Parlamento, que cuando era pequeña había ido a la guardería católica de Adén. Respecto a Yemen quisiera recordar también a los religiosos que desarrollan allí su apostolado.

¿Quiénes son?

GREMOLI: Se trata de cuatro salesianos de la provincia de Mangalore, en India. Se dedican a la asistencia de las Misioneras de la Caridad y de la comunidad católica local. Los salesianos están presentes en Yemen desde 1988 cuando substituyeron a los padres blancos que tuvieron que abandonar por falta de vocaciones.

Nuestra presencia en el Golfo es apreciada precisamente por nuestras escuelas, que tienen un impacto muy positivo en las poblaciones y en las élites locales. En treinta años se han construido en el Vicariato ocho escuelas, siete en los Emiratos y una en Bahrein. Todas están dirigidas por religiosas de varias congregaciones

Hemos hablado de sacerdotes, iglesias, escuelas, religiosas, pero ¿cuántos son los católicos del Vicariato de Arabia?

GREMOLI: Es difícil tener estadísticas por el notable recambio de fieles en toda la península. Según cálculos dignos de crédito cuando yo llegué en 1974 los católicos eran unos 200.000 mil, hoy se calcula que viven en el Vicariato por lo menos tres millones.

¿De dónde vienen?

GREMOLI: Una vez, a la salida de la misa del domingo en la Catedral de Abu Dabi, hicimos un censo para verificar la procedencia de los fieles. Contamos 93 nacionalidades de origen. De todos modos, la mayor parte son indios o filipinos. Estos últimos sólo en Arabia Saudí son casi un millón.

Durante los últimos años de su permanencia en el gobierno del Vicariato se multiplicaron los acuerdos diplomáticos –antes inexistentes– entre la Santa Sede y algunos países de la península arábiga…

GREMOLI: Efectivamente, en 1998 la Santa Sede estableció relaciones diplomáticas con Yemen, en 2000 con Bahrein y en 2002 con Qatar. El primer nuncio en estos países ha sido el arzobispo Giuseppe De Andrea, residente en Kuwait, que hace poco se "jubiló" después de haber trabajado muy bien. Además, creo que Omán está muy interesado a establecer relaciones diplomáticas con la Santa Sede. Un caso aparte es el de los Emiratos Árabes Unidos. Visto que el obispo vicario apostólico de Arabia reside allí, para las autoridades locales es difícil comprender la necesidad de la presencia de otro obispo, el nuncio, como representante del Papa. Para ellos el vicario de Arabia es el representante del Papa. De modo que consideran al vicario como un embajador y participa normalmente en los encuentros del cuerpo diplomático con el jeque. Pero no excluyo que en el futuro se resuelva esta pequeña anomalía.

Excelencia, hasta ahora hemos hablado de las "ale­grías" y de los "éxitos" de estos últimos treinta años, pero usted mismo en su discurso de despedida habló también de "dolores" y "fracasos"…

GREMOLI: Pienso sobre todo en el dolor provocado por el bárbaro asesinato de las tres religiosas en Yemen. Luego, a pesar de todo el apoyo que hemos recibido de las autoridades para tener lugares de culto, hemos de reconocer que no hemos podido asegurarle una adecuada asistencia religiosa a un gran número de católicos, no hemos podido garantizarles un lugar apropiado para las celebraciones. Me refiero a los católicos que viven en el desierto, en los campos de trabajo de las conducciones petrolíferas o en las plataformas. Sin contar además que muchos cristianos, ya sea por falta de medios de transporte ya sea porque sus empleadores no les dan permisos –pienso sobre todo en las cristianas que trabajan como empleadas domésticas en familias islámicas muy numerosas– de hecho no tienen la posibilidad de asistir a la misa del domingo, si bien por Navidad y Pascua pueden hacerlo si quieren.

¿Sinsabores por no haber suscitado conversiones?

GREMOLI: Nuestra tarea primaria es tratar de mantener viva la fe de los católicos que se encuentran allí. Además, es sabido que las leyes locales prohíben toda forma de proselitismo y las conversiones. Por tanto, si alguno fuera tocado por la gracia este hecho no podría tener ninguna publicidad.

Un tema delicado también aquí en Occidente es el de los matrimonios. Imagino que ha tenido que afrontar el mismo problema también en la península arábiga…

GREMOLI: Tanto nosotros como los musulmanes desaconsejamos los matrimonios mixtos por muchos motivos. Hemos de recordar que según la ley islámica los hijos pertenecen al padre y por esto el padre debe ser siempre musulmán. Raramente he concedido dispensas y cuando lo he hecho ha sido sólo en casos en que la pareja se iba a vivir al extranjero y el cónyuge musulmán se comprometía a garantizar la libertad de religión a su esposa y a los hijos.


Hablemos ahora de Arabia Saudí, un país que permanece impermeable a cualquier apertura hacia los cristianos…

GREMOLI: Más de la mitad de nuestros católicos vive y trabaja allí. Es una zona que recuerda algo el tiempo de las catacumbas. Oficialmente los sacerdotes no pueden entrar y no están admitidas celebraciones públicas de misas, sólo pueden hacerse en las embajadas. Los católicos pueden rezar sólo en sus casas, sin reunirse con otras personas, incluso si son parientes o amigos. Entre 1979 y 1985 algunos sacerdotes que trabajaban allí "patrocinados" por alguna empresa, fueron descubiertos, arrestados, encarcelado y al final expulsados. Muchos cristianos, que fueron sorprendidos mientras rezaban juntos, recibieron el mismo tratamiento. En Arabia existe una policía religiosa, los mutawa, muy eficaz, que interviene inmediatamente cuando sospecha que se está celebrando una reunión religiosa no islámica. Todos los intentos hechos en todos los niveles por varios gobiernos, por la Santa Sede y especialmente por Juan Pablo II para mejorar esta situación no han dado hasta ahora ningún resultado positivo.

¿Por qué esta impermeabilidad?

GREMOLI: En Arabia Saudí reina una monarquía absoluta muy rígida y los habitantes son suníes pertenecientes al grupo wahabita, una secta muy ortodoxa e intransigente. Se consideran los guardianes de los lugares santos de La Meca y de Medina y ven toda la Arabia como un lugar santo islámico donde no puede ser admitido ningún culto más.

¿Quiere decir esto que el más de un millón de católicos presentes en Arabia Saudí está abandonado a su destino?

GREMOLI: Bueno… el Espíritu Santo, a pesar de estos numerosos problemas y estas notables dificultades, trabaja de manera maravillosa también en Arabia Saudí. No es oportuno hablar de casos particulares, pero puedo decir que todos los años he conseguido realizar mi visita pastoral, administrar la confirmación y otros sacramentos, y celebrar misas para muchos grupos. Puedo añadir además que, periódicamente, algún que otro sacerdote está "de paso" por aquellos lugares y su seguridad se salvaguarda con responsabilidad.

Así pues, los laicos desempeñan un papel importante en Arabia Saudí.

GREMOLI: Efectivamente, son ellos los que se encargan de la catequesis para los niños en las casas privadas o en otras residencias. La "parroquia" de Riad la lleva un laico que, ayudado por otros, cuida escrupulosamente lo que es esencial, incluidos los libros parroquiales de los sacramentos administrados por los sacerdotes periódicamente "de paso".

¿Cree que Arabia Saudí cambiará un día su actitud?

GREMOLI: Es difícil hacer previsiones. Con motivo de la muerte de Juan Pablo II también Arabia Saudí, que no tiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede, envió una delegación oficial a los funerales. Y después otra delegación oficial participó en la misa de inicio de pontificado del papa Benedicto XVI. Esperemos que estas pequeñas señales den su fruto y que un día Arabia Saudí les permita a los cristianos por lo menos rezar juntos según su fe.

Excelencia, ¿cuáles fueron los momentos más difíciles en estos treinta años de episcopado?

GREMOLI: Sin duda la primera guerra del Golfo y la reciente invasión de Irak crearon muchos problemas. Durante el primer conflicto cerraron todos los aeropuertos de la península arábiga y por tanto para mí era imposible visitar a nuestros católicos. Y no hay que olvidar que se creó un clima más hostil, no muy agradable, hacia nosotros. Por suerte la postura decida y clara del Papa y de la Santa Sede nos ayudó a superar nuestras dificultades. Porque muchos musulmanes –los más informados y los más honestos– comprendieron que no había que confundir la Iglesia católica con el Occidente y con los Estados que estaban en guerra. Lo mismo sucedió cuando comenzó la guerra que llevó a la invasión de Bagdad y a la caída del régimen de Sadam Hussein.

Bahrein ha sido siempre benévolo con los católicos. El bisabuelo del soberano actual dio en 1939 su consentimiento para la construcción de la primera iglesia católica en el Golfo. Al padre del actual rey le sentó mal al principio que la Santa Sede eligiera Abu Dabi y no Bahrein para la nueva sede del Vicariato, pero luego comprendió que se trataba de una decisión debida a motivos puramente logísticos

¿Qué personalidad islámica le ha impresionado más en estos treinta años?

GREMOLI: Una figura que merece un recuerdo especial es el fallecido jeque Zayed Bin Sultán al Nahyán, el cual aceptó que en 1976 la sede del Vicariato se trasladase desde la sede histórica de Adén, en Yemen, a su emirato de Abu Dabi (véase el recuadro). Pero también merecen un recuerdo especial el emir de Qatar, el rey de Bahrein y el sultán de Omán. Personalidades que han sido muy benévolas con los católicos y que merecen ser conocidas.

Comencemos por el emir de Qatar…

GREMOLI: El emir Hamad Bin Jalifa al Thani me trató con gran afabilidad y disponibilidad desde que era el príncipe heredero. Se ha mostrado siempre muy interesado por el mundo cristiano y desde hace tres años organiza en Doha una Conferencia para el diálogo entre estudiosos y expertos cristianos y musulmanes. En la segunda edición, la de 2004, participó también el cardenal Jean-Louis Tauran, que cuando era "ministro de Exteriores" vaticano se preocupó siempre por nosotros y nos ayudó mucho. Y justamente en esa segunda Conferencia, durante su discurso de apertura, el emir dijo claramente que para un verdadero diálogo era necesaria la presencia de todos los pueblos del Libro, también, por tanto, de los judíos. Me acuerdo muy bien de que hubo reacciones negativas, pero en la Conferencia de 2005 participó una delegación judía. Cosa aún más extraordinaria porque, como he dicho, Qatar es un país wahabita. Espero que sea un buen auspicio para Arabia Saudí.

Pasemos al rey del Bahrein…

GREMOLI: El rey Hamad Bin Isa al Jalifaf merece todo nuestra simpatía y gratitud no sólo por su apertura personal y acogida cordial, sino también por los méritos adquiridos por sus antepasados. La dinastía que gobierna Bahrein ha sido siempre benévola con los católicos. El bisabuelo del soberano actual, como he recordado, dio en 1939 su consentimiento para la construcción de la primera iglesia católica en el Golfo. Al padre del actual rey le sentó mal al principio que la Santa Sede eligiera Abu Dabi y no Bahrein para la nueva sede del Vicariato, pero luego comprendió que se trataba de una decisión debida a motivos puramente logísticos, visto que para el vicario apostólico era más complicado moverse desde una isla, como es Bahrein.

Y ahora un recuerdo del sultán de Omán…

GREMOLI: Cada vez que le hemos pedido al sultán Sayed Qabus Ben Said la autorización para construir una iglesia nueva, ha querido siempre informarse con exactitud del número de cristianos, y cuando ha visto que eran muchos ha sido siempre muy generoso a la hora de conceder los terrenos. Me acuerdo de una larga entrevista que mantuve con él: con cordialidad fraternal quiso saber cómo estaban los católicos en el sultanato, cuáles eran sus problemas. En dicha ocasión me confirmó asimismo que para él todos los emigrantes son personas muy valiosas, a las que hay que asistir y tratar con justicia y benevolencia «porque son ellos los que han contribuido al desarrollo del país y debemos agradecérselo».
Pero estas figuras que ha querido recordar, ¿son excepciones o representan plenamente a los países que gobiernan?

GREMOLI: Creo que son representativas de la mentalidad de estos países, si bien en los últimos años he visto un cambio no positivo. No quiero decir que las relaciones con las autoridades y las poblaciones hayan empeorado. Pero ha empezado a faltar esa gran familiaridad que existía antes.

¿Por qué?

GREMOLI: Culpa del influjo negativo ejercido por grupos fundamentalistas procedentes de fuera. Grupos que oficialmente no están presentes en estos países moderados, pero que hacen sentir su influjo negativo.

Más de una vez me dijeron que aceptaban mis peticiones porque los católicos rezan y rezan mucho, tienen una gran participación en los momentos de culto y en la vida sacramental. Al final, pues, en casi treinta años el Vicariato ha conseguido construir once iglesias y complejos parroquiales, todos en terrenos concedidos gratuitamente por las autoridades

¿Cuál puede ser según usted una actitud constructiva en relación con el mundo islámico?

GREMOLI: El diálogo y un mayor conocimiento recíproco. El diálogo debe ser ante todo sobre temas religiosos. Personalmente creo que enfocar el diálogo sobre temas políticos, culturales o históricos es aún muy complejo y arriesgado. El diálogo religioso debe mirar concretamente a promover la libertad de culto y el respeto de los símbolos de las varias religiones. Debe mirar a un acuerdo para la condena absoluta de la destrucción de iglesias o de mezquitas. Al respecto me parece ejemplar el hecho de que el papa Benedicto XVI, durante el Ángelus del domingo 26 de febrero, condenara las violencias que estallaron recientemente en Nigeria sin hacer ninguna diferencia entre "violencias islámicas" y "violencias cristianas". Los líderes de las dos religiones deberían contribuir a favorecer un conocimiento recíproco mayor. Hay mucha ignorancia en ambas partes. No todos saben, por ejemplo, que no sólo los musulmanes sino también los cristianos árabes se dirigen en sus oraciones y liturgias al Señor llamándolo Alá. Así que cuando los cristianos occidentales ironizan sobre Alá en realidad ofenden también a los cristianos árabes.

Según usted, ¿se debe pretender la reciprocidad con el mundo árabe?

GREMOLI: La reciprocidad es buena. La plena reciprocidad es naturalmente deseable. Pero hay que ser realistas. Hoy no podemos pretender la reciprocidad sobre cosas no esenciales, marginales, de las que a veces no gozan ni siquiera grupos musulmanes que son una minoría en sus países islámicos. Y creo que lo esencial es la libertad de poder practicar la propia religión, de tener un lugar de culto, y de ser respetados como hijos de Dios. Por tanto, por ejemplo, si las autoridades me conceden la autorización para construir una iglesia con la condición de que fuera de ella no aparezcan símbolos cristianos, no puedo ser intransigente y pedir que dicha iglesia tenga un campanario alto con una cruz encima. Porque pongo en dificultad a las autoridades que han sido tan benévolas y al final me anularán la concesión que me han dado…

Todavía hay gente que no consigue entender por qué en Roma Arabia Saudí ha financiado la construcción de una gran mezquita y no admite ninguna iglesia en su territorio…

GREMOLI: La mezquita en Roma está bien donde está. Porque, aunque ha sido financiada sobre todo por Arabia Saudí, la usan muchos musulmanes de otros países donde los cristianos podemos tener lugares de culto. Y además, el permiso para construirla lo pidió el rey Feisal, soberano de gran apertura incluso para con los cristianos, y que fue asesinado quizá por esta apertura.

Excelencia, aquí en Italia políticos como el presidente del Senado Marcello Pera, periodistas como Oriana Fallaci y artistas como Franco Zefirelli, propugnan una confrontación más viril con el islam, deseando casi más orgullo por parte del mundo cristiano. Se trata de personalidades toscanas como usted…

Hay mucha ignorancia en ambas partes. No todos saben, por ejemplo, que no sólo los musulmanes sino también los cristianos árabes se dirigen en sus oraciones y liturgias al Señor llamándolo Alá. Así que cuando los cristianos occidentales ironizan sobre Alá en realidad ofenden también a los cristianos árabes

GREMOLI: Francamente no quiero discutir con nadie. Son actitudes que respeto, pero que a la luz de mi experiencia me resultan poco comprensibles. Dejando a un lado las buenas intenciones posibles, agudizar la confrontación entre Occidente y mundo islámico es inútil y peligroso. Sobre algunos aspectos morales y religiosos, además, los musulmanes tienen mucho que enseñarnos. Así que hay poco de lo que estar orgullosos. Y además, fortaleza y prudencia son virtudes cristianas, el orgullo no.

¿Teme una guerra de civilizaciones" entre el islam y el Occidente?

GREMOLI: Dios nos libre. El rey de Bahrein dijo durante la Conferencia de diálogo islámico-cristiano celebrada en su reino en octubre de 2002: «Nosotros, en la actual situación histórica, tenemos la enorme oportunidad de converger de nuevo en objetivos nuevos y esenciales, apoyando los valores de la tolerancia y de la armonía, y subrayando la necesidad de contrarrestar en todas las creencias el extremismo». Estoy completamente de acuerdo. Creo que es esencial evitar un enfrentamiento entre dos grandes realidades, la cristiana y la islámica, que podría tener consecuencias desastrosas para todos.

Usted ha sido el último de una serie de cinco obispos vicarios apostólicos de Arabia todos capuchinos y de origen toscano. Ahora su sucesor, Paul Hinder es igualmente capuchino pero suizo.

GREMOLI: Para la elección de mi sucesor la Orden de los Capuchinos, encabezada por el ministro general John Corriveau, ha dado lo mejor que tenía a disposición. El obispo Paul ha sido durante diez años asistente del ministro general, conoce cinco idiomas y está estudiando el árabe, es licenciado en Derecho y Teología; es un hombre de gran experiencia. Fue durante un año mi auxiliar y pude admirar su fe y sus capacidades humanas. Estoy seguro de que trabajará bien.

Excelencia, la última pregunta. ¿Echa de menos el aire de la península arábiga?

GREMOLI: Es inútil negarlo, un poco sí. He dejado una comunidad cristiana viva, que vive su fe con alegría, que mira al futuro llena de esperanza. Piense que sólo en la parroquia de Santa María de Dubai fueron administradas, en 2005, 500 confirmaciones y 850 primeras comuniones, los niños que asistieron al catecismo semanal fueron 4.200, y durante el triduo pascual se distribuyeron cien mil comuniones. Aquí en Italia la realidad no es tan confortante…

Tuesday, September 29, 2009

MONASTERO della CERTOSA del GALLUZZO.-

El día 26 en el palacio Acciauoli del MONASTERO della CERTOSA del GALLUZZO, la solemne ceremonia de investidura de las nuevas Damas y Caballeros de la Orden Teutónica, del Gran Priorato de Florencia, presidida por Su Alteza Imperial el Paolo Francesco Barbaccia Viscardi degli Hohenstaufen di Svevia, presidida la Santa Liturgia por Su Eminencia Monseñor Giovanni Bernardo Gremoli Vicario Apostólico de Su Santidad el Papa para Arabia.


El Monasterio fue construido a partir de 1341 por Nicholas Acciaiuoli, Gran Senescal del Reino de Nápoles y miembro de una de las más ilustres familias de Florencia, y a su muerte (1365), el edificio estaba casi concluido. La cartuja fue posteriormente ampliada y enriquecida por numerosas donaciones durante siglos.

Los nombres y tipo de edificio se derivan de la primera casa, la Grande Chartreuse 's orden de cartujos construido en 1084 por San Bruno en el macizo de la Chartreuse, cerca de Grenoble, y como todos los monasterios también se encuentra lejos de la ciudad, en un sitio de una belleza natural.


Después de la supresión de las órdenes religiosas en 1810 la Cartuja fue despojada de cerca de 500 obras de arte, sólo parcialmente restaurada después de la vuelta a los cartujos y el regreso de Lorena (1818). Por ejemplo, muchos de los muebles estaban irremediablemente perdidos, así como muchos de los cuadros y esculturas. La mesa del altar mayor de la iglesia, encargado por Nicolás Acciauoli a Gherardo Stamina (Virgen y los Santos) se divide ahora entre los museos extranjeros y colecciones privadas.

Fue de nuevo abolida en 1866 en el Decreto del Reino de Italia y de nuevo en 1872, a los cartujos se les permitió regresar, aunque sólo sea en uso, la propiedad ha permanecido desde entonces al Estado italiano. Los monjes de la Cartuja de aislamiento estricto, fueron reemplazados en 1958 por los monjes cistercienses benedictinos, que han hecho accesible el vasto complejo para el público.


La Certosa se compone de varios edificios: la iglesia, la casa de capítulo, la sacristía, el refectorio, los claustros, talleres y viviendas para los monjes y hermanos laicos. Fue diseñado para acomodar hasta 18 monjes de clausura y 5 hermanos legos, como se puede ver en el número de hogares ubicados en toda la estructura. La celda de los monjes de clausura había un cuadro bastante grande, ya que tenían que pasar casi toda su vida en la meditación.

Podían salir de la celda sólo en ocasiones especiales, como el domingo, para el almuerzo, para la oración y para las sesiones de una hora semanal. Todos los demás días, los ermitaños, los monjes permanecían en sus celdas, que constaba de dos plantas y un sótano. En la planta baja, había lugar para el almuerzo, equipada con chimenea y una pared con una pequeña despensa cerrada por una puerta que era también la mesa plegable, el cuarto era utilizado por los monjes para comer todos los días excepto domingos y festivos cuando todos se reunía y comían en silencio, escuchando la lectura de los Evangelios, los textos sagrados y las normas, que tenían lugar desde un púlpito en el sitio refectorio.

Las comidas eran atendidas por los hermanos laicos a través de una puerta junto a la puerta de la celda.

El edificio está dividido en cuatro salas en la planta baja (que no forman parte del recorrido se puede visitar), ahora participan en el taller de restauración de los libros de la Vieusseux Gabinete dañadas por "inundación de Florencia. En el primer piso, accesible por una amplia escalinata que parte de la pequeña plaza cerca de la entrada principal del monasterio, pero hay dos salones, donde se colocó la galería de fotos.


Nicholas Acciaiuoli (Castillo Montefugoni, 12 de septiembre 1310 - Nápoles, 8 de noviembre 1365) fue un político italiano, hijo de Acciaiolo de la familia florentina Acciaiuoli.

Un amante de la literatura y las artes, era un amigo de Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Boccaccio era su huésped en 1362 en el castillo de Nocera (de la que era el propietario). Los fuertes lazos de empresa familiar de comercio le llevó a establecerse en Nápoles, donde estaba en estrecho contacto con la corte de Anjou, los primeros en recibir el título de caballero por el rey Roberto de Anjou, después, en 1348, el prestigioso título de Grand Senescal de el reino de Nápoles. Entre sus compromisos ante la corte napolitana debe recordar la conquista del Principado de Acaya (1338a - en 1441), que una vez vendidos al nieto del rey Luis, la prima devengada en el señorío de Corinto, la promoción de los matrimonios entre Jeanne d'Anjou y Luis de Taranto, la reconquista del reino de Hungría para Luis de Taranto. Después de la muerte de Luis (1362) tratan de proteger a la reina en el trono contra los barones de la revuelta.

Su primo fue Angelo obispo Acciaiuoli altos de Florencia, a la que ha habido una famosa carta en la que se defendió contra las acusaciones por escrito una autobiografía, una historiografía precioso documento de los acontecimientos del siglo XIV.

Él construyó el magnífico Certosa del Galluzzo, cerca de Florencia, donde está enterrado.