Wednesday, March 21, 2007

SIRIA, LA CUNA DE LA CIVILIZACIÓN, Y DEL IMPERIO.-

Un equipo formado por expertos de la Universidad de Chicago y del Departamento de Antigüedades de Siria, informa ahora del trabajo efectuado cerca de la frontera iraquí. .
"Toda el área de nuestra más reciente excavación fue una zona de guerra", declara Clemens Reichel, investigador del Instituto Orientalista de la Universidad de Chicago. Reichel fue codirector de la expedición arqueológica sirio-norteamericana en Hamoukar, y dirigió un equipo que permaneció en el sitio durante octubre y noviembre. Salam al-Quntar, del Departamento Sirio de Antigüedades y de la Universidad de Cambridge, codirigió la expedición, por parte siria. Hamoukar es un antiguo emplazamiento en el extremo nororiental sirio, cerca de la frontera iraquí.
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El descubrimiento ofrece la evidencia más antigua de una gran confrontación armada organizada de la que se tenga conocimiento en el mundo mesopotámico.
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El equipo encontró en el yacimiento arqueológico una extensa destrucción, con paredes derrumbadas por el fuego resultante de un pesado bombardeo de proyectiles lanzados con hondas. Trabajos efectuados anteriormente mostraron que el asentamiento estaba protegido por una pared de ladrillos de barro de tres metros de altura.
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Los arqueólogos recuperaron más de 1.200 pequeños proyectiles ovalados (de alrededor de 2 centímetros y medio de largo y unos 4 de diámetro), y unos 120 proyectiles de arcilla redondos más grandes (de unos 6 a 10 centímetros de diámetro).
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Las excavaciones en Hamoukar han desempeñado para los estudiosos un importante papel en la redefinición de la forma de interpretar el desarrollo de esa civilización. Los trabajos anteriores sostenían que las ciudades se desarrollaron primero en la porción más baja del valle del Éufrates, el área a menudo denominada Mesopotamia del Sur, y que aquellos centros urbanos tempranos (parte de la cultura Uruk) establecieron colonias que llevaron la civilización al norte, a medida que buscaban materiales como madera, piedras y metales que escaseaban en la Mesopotamia del Sur.
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Los trabajos en Hamoukar fueron emprendidos inicialmente por el profesor McGuire Gibson, del Instituto Orientalista, entre 1999 y 2001, y demostraron que algunos de los elementos asociados con la civilización desarrollada allí lo fueron con independencia de las influencias del sur. La investigación más reciente sugiere que las dos fuerzas pudieron tener una confrontación violenta en Hamoukar.
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Irónicamente, para el trabajo arqueológico, la antigua guerra tiene sus ventajas, sobre todo cuando las personas sitiadas pudieron haber sido sorprendidas. Cualquier elemento existente en estos edificios se enterró con ellos, esperando a ser recuperado por los futuros arqueólogos. Además de albergar muchos objetos de valor que fueron sepultados bajo cantidades masivas de ruinas, estos entornos congelados en el tiempo son vitales para los análisis funcionales, ayudando así a identificar las unidades arquitectónicas como unidades domésticas, cocinas, talleres o edificios de uso administrativo o religioso.