Sunday, February 20, 2011

Gran Bailío, Gran Cruz de la Orden de Cristo de la Casa Real de Portugal.-

D. Rosario XXII° Duque de Bragança, después de haber firmado un recocimiento mutuo de hermandad y colaboración, a nombrado Gran Bailío y Gran Cruz al Príncipe de Septimio-Bathzabbay el Tadmur, Gran Maestre de la Orden Bonaria de la Real y Militar Orden de Nuestro Señor Jesús Cristo, más conocida como Orden de Cristo.


En los siglos XII y XIII, en plena Reconquista, la Orden de los Caballeros Templarios ayudó a los portugueses en las batallas contra los moros "infieles". Como recompensa recibieron extensas tierras y poder político. Los castillos, iglesias y poblados prosperaron bajo su protección.

En 1314 el papa Clemente V suprimió la rica y poderosa orden del Temple. En 1319 el rey Don Dinis asignó las propiedades portuguesas y privilegios de los templarios a la recién fundada Orden de Cristo, que se convirtió así en la continuación del Temple en Portugal. No obstante, la Orden de Cristo mantenía una fuerte vinculación con la corona portuguesa, que se arrogó desde el principio el derecho a nombrar el Gran Maestre. Eso, junto al abandono de la Regla del Temple, en cuanto a nombramiento de cargos, normas de ingreso e independencia frente al poder secular, permite considerar a la Orden de Cristo como una sucesión del Temple en un aspecto meramente formal, a fin de dar cabida al enorme potencial humano y recursos económicos de los caballeros templarios, fundamentales para mantener Portugal a salvo de invasiones o incursiones enemigas.

De hecho, la Orden de Cristo tomó como sede Castro Marim, a fin de proteger el Algarve portugués. No en tanto en 1357 la sede ya se había instalado en Tomar, la antigua sede de los Templarios La nueva Orden tomaría como Regla la de San Benito y las Constituciones de Calatrava.



A principios del siglo XV, el Gran Maestre de la Orden, el Infante don Enrique, invirtió las ganancias de la Orden en la exploración marítima. El emblema de la orden, la Cruz de la Orden de Cristo, adornaba las velas de los navíos portugueses que exploraban los mares desconocidos. El papa Calixto III le concedió la jurisdicción eclesiástica en todos los territorios "desde los cabos de Bojador y de Nam a través de toda Guinea y más allá hasta la orilla meridional sin interrupción hasta los Indios".

Tomar, capital de la Orden de Cristo.-

Es en Portugal, y en concreto en el municipio de Tomar (la ciudad templaria por excelencia), atravesada por el río Nabäo, y situada en el centro del país luso, a unos 100 kms. al noreste de Lisboa, y a otros 100 kms. de la frontera con España, donde los caballeros templarios van a obtener una importancia capital. Desde el año de 1159, la ciudad de Tomar pasó a formar parte de los bienes de la Orden del Temple, gracias a la cesión que hizo del lugar a dicha orden el rey luso Alfonso I.


Entrada al Convento del Santo Cristo, en Tomar.-

Fue entonces cuando el monarca cede el castillo de Ceres a la Orden. En el 1160, el Gran Maestre de la Orden; Gualdim Pais, ordena construir el castillo de Tomar, lugar emblemático que posteriormente va a adquirir una capital importancia, así como la parte del convento conocido como "La Charola", una especie de templo circular, cuyo estilo es influenciado por los modelos religiosos y arquitectónicos de Jerusalén en la época de las cruzadas, imitando especialmente al Templo de la Roca de la Ciudad Santa.

Cuando en 1312 la Orden del Temple es suprimida y posteriormente en el Concretamente en Tomar, la Orden de Cristo e llevaría a cabo una de las mayores y más espectaculares construcciones templarias, así como las transformaciones posteriores que fueron realizándose, y que abarcarían el espacio de tiempo que va desde principios del siglo XII hasta finales del siglo XVII.


Sótanos inundados de agua en el convento del Santo Cristo, cuyo acceso está impedido al público ¿Ocultan alguna entrada secreta cuyo contenido puede resultar embarazoso?

Si bien con posterioridad, durante el siglo XIX, sufriría cambios importantes, -sobre todo- como consecuencia de la extinción de las órdenes religiosas. Nos referimos al convento-fortaleza del Santo Cristo, actualmente declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1983.

Este nuevo convento del Santo Cristo, no iba a tratarse de un templo más de factura templaria, así como sus actividades tampoco estarían completamente dedicadas a la contemplación. Fue a través del convento-fortaleza de Cristo que se iniciaron las mayores expediciones al nuevo continente, es decir, a América. Prueba de todo ello fueron las cruces de Cristo con que adornaron las velas de las tres carabelas que llevó Colón hasta América. Nada era casual.

La visita al convento-fortaleza del Santo Cristo resulta pues imprescindible, y poder adentrarse en sus más recónditas dependencias y en sus recovecos pasadizos "secretos". La mala fortuna, o quizás la intencionada situación en la que se encontraban algunas de las dependencias que mayor interés ofrecen, permanecen cerradas al público y en algunos casos, incluso de encontraban inundadas de agua, lo que hace imposible su acceso.

Durante los siglos que van del XIII al XVI iba a construirse en Tomar, sino la más importante de las iglesias templarias del lugar, si la que sería la matriz de todas las iglesias de la época del descubrimiento, siendo considerada como "nullius diócesis", es decir, con jurisdicción propia e independiente; que no pertenecería a diócesis alguna. Esta iglesia no sería otra que la "Igreja de Santa María do Olival" (Santa María del Olivar) donde las evidencias encontradas, iban a proporcionar una información muy valiosa sobre las creencias y doctrina de los caballeros templarios.