Sunday, February 20, 2011

Gran Bailío, Gran Cruz de la Orden de Nuestra Señora de Villaviciosa.-

D. Rosario XXII° Duque de Bragança, después de haber firmado un reconocimiento mutuo de hermandad y colaboración, a nombrado Gran Bailío y Gran Cruz al Príncipe de Septimio-Bathzabbay el Tadmur, Gran Maestre de la Orden Bonaria de la Real y Militar Orden de Nuestra Señora de Villaviciosa.

La Orden fue instituida por el rey don Juan VI, el 6 de febrero de 1818, día de su aclamación, en Río de Janeiro, Brasil.



El objetivo del rey, que era el Gran Maestre de la nueva Orden Militar, era homenajear a Nuestra Señora de la Concepción de Villaviciosa (declarada patrona del Reino en un albalá de 1646), con motivo de haber sobrevivido Portugal , como país independiente, a las guerras napoleónicas que habían asolado el país y Europa. Desde don Juan VI a 1910 fueron agraciados por los Reyes con esta orden varias personalidades, esencialmente pertenecientes a la nobleza y a la aristocracia.

El gobierno provisional republicano, en octubre de 1910, la extingue como Orden Militar, aunque el rey D. Manuel II en el exilio y los Duques de Braganza que le sucedieron hayan continuado utilizando las insignias de esta orden.

Juan VI de Portugal (portugués: D. João VI de Portugal; Lisboa, 13 de mayo de 1767 - Lisboa, 10 de marzo de 1826), fue rey de Portugal desde 1816 hasta su muerte. Su nombre completo era João Maria José Francisco Xavier de Paula Luís António Domingos Rafael de Bragança. Fue llamado el Clemente, y era hijo de la reina María I de Portugal y del rey consorte Pedro III.



El Rey de Portugal Q.D.G. JUAN VI DE PORTUGAL


El 8 de mayo de 1785 casó con la primogénita de los reyes de España, Carlota Joaquina de Borbón, (quien apenas tenía 10 años de edad). Juan, al ser el segundo hijo de la reina María I, no era príncipe heredero. Con la muerte en 1788 de su hermano mayor, José, Príncipe de Brasil, Príncipe de Beira y 14º Duque de Braganza , Juan pasó a ser el primero en la línea de sucesión.

Desde el año 1792 ya despachaba decretos en nombre de su madre, María I, que había sido declarada como demente e incapacitada para reinar. Después de 1799 hasta su asunción al trono, Juan gobernó Portugal como príncipe regente. De carácter reservado y muy tímido, era un hombre que tomaba decisiones muy lentamente, y que manifestaba auténtica apatía y desapego hacia las funciones administrativas, pese a mostrar usualmente un carácter simpático y bondadoso.

En el año 1807 Portugal recibió un ultimátum de Francia, regida por Napoleón Bonaparte, para unirse al bloqueo continental en contra de Gran Bretaña. Juan VI rehusó inicialmente la presión francesa, pues temía que semejante adhesión dañase profundamente la economía de Portugal pues los británicos eran los principales clientes y proveedores del comercio exterior potugués. Asimismo temía que, en represalia, Gran Bretaña bombardease puertos portugueses en Europa o intentase conquistar territorios en Brasil, cuyas riquezas permitían la subsistencia de todo el imperio colonial portugués; ante esto Portugal carecía de fuerzas navales o terrestres capaces de impedir tal desastre. Al negarse Juan VI a seguir las órdenes de Napoleón, el emperador francés ordenó la invasión de Portugal contando para ello con el apoyo de España, regida por Carlos IV de Borbón y aliada de los franceses.

Sin opciones serias de resistir el ataque, en noviembre de 1807 Juan VI comandó la Transferencia de la Corte portuguesa a Brasil, consistente en retirar por mar a la familia real de Portugal para instalar el gobierno al otro lado del Océano Atlántico, en sus dominios americanos de Brasil, en tanto la metrópoli estaba siendo invadida por los ejércitos franceses de Napoleón Bonaparte. La familia real llegó a la ciudad de Río de Janeiro en 1808 y allí se instaló la corte. Desde esta ciudad, Juan gobernó el país durante la llamada Guerra Peninsular.

La importancia de Brasil creció después de la llegada de la familia real, y eso motivó su elevación al estatus de reino en 1808, lo que quedó consolidado con la creación del llamado Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve el 16 de diciembre de 1815. Al año siguiente, 1816, Juan fue coronado rey, después de la muerte de su madre, María I, pero decide quedarse en Brasil a pesar de la derrota de Napoleón, gobernando Portugal a la distancia.

En 1820 aconteció una revolución en la ciudad portuguesa de Oporto que exigió la vuelta inmediata de la familia real portuguesa y el retorno de la capitalidad a Lisboa. Juan volvió a Portugal al año siguiente, pero su heredero, Pedro IV de Portugal decidió quedarse en Brasil; de hecho el príncipe Pedro, al año siguiente, proclamó la independencia de Brasil y se coronó emperador del nuevo estado bajo el nombre de Pedro I.

Desde ahí hasta el término de su reinado, Juan pasó el tiempo en búsqueda de pacificar sus hijos Pedro y Miguel, mientras aceptaba las reclamaciones de los liberales portugueses y aprobaba una monarquía constitucional. En 1823, pasó un decreto contra la masonería. En 1825, a pesar de la rebeldía demostrada por Pedro y el hecho que ya era gobernante efectivo de Brasil, Juan lo nominó como sucesor del trono portugués.

Juan falleció súbitamente en marzo de 1826. Hay quienes creen que fue envenenado. Los sospechosos serían la ambiciosa reina Carlota Joaquina o su hijo Miguel, en una conspiración para ocupar el trono.