Sunday, September 19, 2010

Haruki Murakami: Kafka en la orilla

Idioma original: japonés
Título original: 海辺のカフカ, (Umibe no Kafuka)
Año de publicación: 2002
Valoración: está bien

Después de mi "andanada" contra Murakami de hace unos meses (más de un año, en realidad, cómo pasa el tiempo), me había prometido a mí mismo no volver a leer nada de Murakami en una buena, buena temporada. Pero cuando una amiga me recomendó Kafka en la orilla como una de sus novelas favoritas, y la mejor de Murakami sin duda -algo que ya había oído antes-, me decidí a darle una nueva oportunidad. Pero no, lo siento, Haruki; lo siento, Susana: me reafirmo en mi opinión. Las novelas y, sobre todo, los personajes de Murakami no me convencen, no me los creo, me parecen artificiales, inverosímiles y repetitivos. No termino de entender que se sitúe a este autor (que a mí no me parece que diga nada esencial sobre la existencia humana, sinceramente) a la altura de otros como Phillip Roth, Ismail Kadare o Paul Auster. Qué le vamos a hacer, será cuestión de gustos.

En este caso, es verdad, Murakami le echa más inventiva que otras veces para contarnos la historia de dos personajes aparentemente no relacionados, pero que terminarán encontrándose porque en realidad estaban unidos por un destino superior. Se trata de Kafka Tamura, un adolescente que escapa de su casa y busca a su madre y a su hermana que lo abandonaron de niño; y Satoru Nakata, un hombre que de niño sufrió un extraño desvanecimiento, durante el cual perdió toda memoria y gran parte de sus capacidades intelectuales, pero a cambio ganó la habilidad de hablar con los gatos.

Es verdad, decía, que esta novela de Murakami es menos realista, más imaginativa y onírica que la mayoría de las demás. Pero esto, para mi gusto y en este caso concreto, no es una virtud, porque las invenciones sobrenaturales o sobrehumanas que se acumulan en la novela resultan de lo más arbitrarias, se acumulan sin adquirir sentido. Hay algunos pasajes intensos e interesantes, y la novela, como todas las de Murakami, se lee muy fácil, porque está escrita de manera ágil y llevadera; pero también hay escenas cuestionables (las de sexo, por ejemplo, están descritas de una manera demasiado genitalocéntrica para mi gusto) e innecesarias (la más clara, la visita de dos feministas a la biblioteca en la que vive Kafka, que no viene a cuento pero que a Murakami le debía apetecer incluir).

Tengo la sospecha de que para todo lector la primera novela que lee de Murakami es su favorita. Porque luego, todo lo que lea le sonará a repetido, o por lo menos, le parecerá ya menos original. La primera que yo leí fue Tokyo Blues, y me gustó bastante, sobre todo por el tono fácil y directo del autor, y por esos personajes poéticamente solitarios e inadaptados. Las que han venido después han sido darle vueltas al molino, y ya estoy cansado de leer sobre personajes poéticamente solitarios e inadaptados. Así que, ahora sí, me prometo firmemente a mí mismo no volver a leer nada de Murakami. Hasta la próxima vez, claro.