Sunday, September 12, 2010

Estudio Interreligioso.-

Frecuentemente estudiamos a los griegos sin detallar las circunstancias políticas y sociales que rodearon a Aristóteles y Platón; a menudo escuchamos y nos deleitamos con músicas que no entendemos, de esta manera escuchamos arias de F. Schubert sin saber alemán, escuchamos obras barrocas como las de J. S. Bach o de G. F. Haendel imaginándonos lugares lúgubres, oscuros y nos olvidamos del sentido estético y religioso que poseen, así como aprendemos música ‘de diciembre’ sin fijarnos en el trasfondo de las líricas. No por esto dejamos de deleitarnos con su magia, sus evocaciones o presencias que nos traen de otras gentes y otras épocas.

Es cierto que el contexto no explica el texto, aun más en el ejercicio filosófico crítico que acometemos al estudiar los textos de épocas y civilizaciones lejanas en el tiempo pero cercanas por la herencia que nos han legado.

Al estudiar religiones y culturas diferentes a la nuestra, la tarea central está en escudriñar con ojo avizor las razones y consecuencias que ellas han tenido sin los prejuicios propios de quienes las han experimentado y vivido como formas de vida y como visiones del mundo propias.

El estudio de la cultura islámica, desde su pensamiento, su religión y su forma de vida permite tener otro punto de comparación en el estudio de una época central de la historia de la filosofía como lo es el medioevo, una época de derrumbe de imperios y de florecimiento de nuevas formas de pensamiento. Un intento de justificación válido para el estudio del pensamiento islámico medieval no puede quedarse en la descripción de los hechos acaecidos ni en el conocimiento de los saberes recogidos, transmitidos y aumentados por los musulmanes y por las culturas que a lo largo del oriente medio, de África del norte y de España se reunieron.

La justificación e importancia de conocer las características de una cultura desde sus adentros, desde sus presupuestos y prejuicios mismos reside en la posibilidad de emprender investigaciones comparativas. Los estudios comparativos o la filosofía comparada como tal puede dedicarse a referenciar las semejanzas, diferencias y préstamos entre diferentes corrientes de pensamiento, o, en un nivel de mayor alcance puede lograr una visión de conjunto, propia de la experiencia filosófica o por lo menos de la pretensión de universalidad que ejerce el análisis filosófico.

Si bien la época medieval es una amalgama de sucesos y concepciones pasadas y por venir en los siglos siguientes al Renacimiento, las pretensiones de comprender esta época no pueden limitarse a la comprensión de lo que nos es cercano, de lo que ha sido legado a nuestra cultura greco-occidental; sino que teniendo en cuenta su gran importancia para la época hemos de dilucidar las relaciones entre corrientes de pensamiento deudoras, conservadoras o restauradoras unas de otras con el fin de cotejar su carácter e influencia en la nuestra.

Nuestro camino no apunta a destacar la relevancia del pensamiento islámico como dominante, sino como otro punto clave en la trasmisión, conservación y cambios de la cultura greco-romana antigua encabezada por Aristóteles y la escuela peripatética así como por Platón y su respuesta neoplatónica, deudoras a su vez de la sabiduría de los oráculos, de las tradiciones egipcias e hindúes.

De esta manera, no tendrá gran fruto explicar una época del pensamiento por otra o a partir de otra, o a manera de sucesión o refutación de sabidurías, los frutos estarán en analizar las épocas del pensamiento como traspaso entre ciclo-culturas, entre culturas que comparten conocimientos y visiones del mundo propias y ajenas.