Sangonera, 21 de Marzo de 2010.
Estimado señor:
Quiero en primer lugar presentarme, soy D.José M.Mosquera, no he tenido el placer de conocerle a Usted ni al resto de afectados que forman su egregia plataforma. Siento lo que está pasando tanto su persona, como las familias, por la presunta estafa realizada por la empresa Trampolín Hills.
Aunque le parezca increíble también Mi Familia y yo estamos sufriendo por este motivo lo inimaginable, hace más de 3 meses que me encuentro en compañía de D.José M.Alarcón en el Centro Penitenciario de Murcia, sin ver a mi hijo de 8 años.
Un 18 de diciembre me “secuestraron legalmente” y me trajeron a Murcia. Otro 18 de enero todos los medios de prensa, comenzando por la “seudo-revista” interviú, canal 7, telecinco, etc, mostraron mi fotografía como “carnaza” al juicio del populismo; me acusaban de “haberles estafado”.
No he conocido a D.Antonio Martinez hasta la fecha, y hace un año expulsé de las Instituciones que presido al dueño/apoderado de SWISS FINANCIAL, Enrique Martín Sanz, al tener conocimiento de lo que sucedía a través de diferentes medios de comunicación.
Quiero remarcar, que he colaborado en todo con los servicios policiales, y si su plataforma me lo hubiera solicitado, también lo habría hecho. Toda una bomba mediática me afecta, foros, webs... todos me acusan injustificadamente, no he sido juzgado. Mi cabeza ya ha sido decapitada y mi honor mancillado.
Pero lo más increíble y esperpéntico: los dos culpables, el que firmó los “avales”, y el que vendió propiedades de ensueño: están con sus familias disfrutando de plena libertad.
Tener arrepentimiento y pedirles disculpas por un error cometido, tal vez liberaría mis pensamientos encontrados: pero ningún delito he cometido. Estoy seguro de que son conocedores de la verdad.
Apelo a ella.
Estoy a su entera disposición, con la máxima sinceridad y el máximo afecto. Confieso que me siento estupefacto por lo que estoy viviendo, y mis enemigos están sacando provecho de ello.
Mezclan la presunta estafa, con una mascarada periodística, a base de verdades y mentiras, títulos imaginarios; un burdo montaje destinado a extender entre el público la imagen “de un falso príncipe que a sus 36 años dio con sus huesos en la cárcel”.
Se trata de un montaje fabricado, tendente a desacreditarme y a través de mí, a la Orden Bonaria y a las diferentes instituciones de cultura y filantropía que presido.
En cuanto a Mí, no trato de convencer ni de probar nada. Mi propósito no es ese al escribirles.
Les he conocido desde la celda, observando sus realidades: que son las mías, todo a través de la prensa.
Solo ruego a Dios me devuelva la vida, y muestre la VERDAD a los ojos de quién la quiera ver.
Atentamente.
José M.Mosquera de Septimio-Bathzabbay el Tadmur.
(Príncipe Ortodoxo).
Estimado señor:
Quiero en primer lugar presentarme, soy D.José M.Mosquera, no he tenido el placer de conocerle a Usted ni al resto de afectados que forman su egregia plataforma. Siento lo que está pasando tanto su persona, como las familias, por la presunta estafa realizada por la empresa Trampolín Hills.
Aunque le parezca increíble también Mi Familia y yo estamos sufriendo por este motivo lo inimaginable, hace más de 3 meses que me encuentro en compañía de D.José M.Alarcón en el Centro Penitenciario de Murcia, sin ver a mi hijo de 8 años.
Un 18 de diciembre me “secuestraron legalmente” y me trajeron a Murcia. Otro 18 de enero todos los medios de prensa, comenzando por la “seudo-revista” interviú, canal 7, telecinco, etc, mostraron mi fotografía como “carnaza” al juicio del populismo; me acusaban de “haberles estafado”.
No he conocido a D.Antonio Martinez hasta la fecha, y hace un año expulsé de las Instituciones que presido al dueño/apoderado de SWISS FINANCIAL, Enrique Martín Sanz, al tener conocimiento de lo que sucedía a través de diferentes medios de comunicación.
Quiero remarcar, que he colaborado en todo con los servicios policiales, y si su plataforma me lo hubiera solicitado, también lo habría hecho. Toda una bomba mediática me afecta, foros, webs... todos me acusan injustificadamente, no he sido juzgado. Mi cabeza ya ha sido decapitada y mi honor mancillado.
Pero lo más increíble y esperpéntico: los dos culpables, el que firmó los “avales”, y el que vendió propiedades de ensueño: están con sus familias disfrutando de plena libertad.
Tener arrepentimiento y pedirles disculpas por un error cometido, tal vez liberaría mis pensamientos encontrados: pero ningún delito he cometido. Estoy seguro de que son conocedores de la verdad.
Apelo a ella.
Estoy a su entera disposición, con la máxima sinceridad y el máximo afecto. Confieso que me siento estupefacto por lo que estoy viviendo, y mis enemigos están sacando provecho de ello.
Mezclan la presunta estafa, con una mascarada periodística, a base de verdades y mentiras, títulos imaginarios; un burdo montaje destinado a extender entre el público la imagen “de un falso príncipe que a sus 36 años dio con sus huesos en la cárcel”.
Se trata de un montaje fabricado, tendente a desacreditarme y a través de mí, a la Orden Bonaria y a las diferentes instituciones de cultura y filantropía que presido.
En cuanto a Mí, no trato de convencer ni de probar nada. Mi propósito no es ese al escribirles.
Les he conocido desde la celda, observando sus realidades: que son las mías, todo a través de la prensa.
Solo ruego a Dios me devuelva la vida, y muestre la VERDAD a los ojos de quién la quiera ver.
Atentamente.
José M.Mosquera de Septimio-Bathzabbay el Tadmur.
(Príncipe Ortodoxo).
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