Tuesday, September 01, 2009

La Flor de Lis tiene “ALAS”.

El Caballero Bonario, Fr. + Santiago Siciliano, es de esos argentinos hijos de Europa, pero con corazón de civilizador hispano, ya que a sus veinte años, tomó sus libros como adarga y en una mochila llena de sueños marchó a colonizar la Hispanoamérica ecuatorial.
Paso décadas aprendiendo y estudiando con los pueblos originarios del Cauca y del Orinoco; en los valles de Arauco enterró su pala zapadora y en el verde Quito, dedicó sus años a enseñar la difícil ciencia de la tierra a sus antiguos dueños.
Lleno de entusiasmo regresó a Argentina donde el INTA, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, lo invitó a sumarse a esa miríada de ingenieros y técnicos, dedicados a la agricultura, mejorando razas y domesticando abrojales, transformando ciénagas en jardines y desiertos en edenes. Así Don Santiago con sus ahorros compró un terreno en la ciudad sureña de Ramón Calzada, un lugar olvidado y antigua villa de cuchilleros y matones del suburbio ribereño.
Su empecinamiento en transmutar miseria en alimentos, lo hizo ser mitad alquimista y mitad monje primordial; en su atanor convoca a Igni y habla sus rezos en la lengua de Ur. Los soldados inmemoriales van llegando; Juan, ex suboficial del ejército, combatiente en el Atlántico Sur, soldado alzado y castigado por la modernidad progresista, llega buscando un perdido ideal, y encuentra en la cría de conejos de Flandes su camino Hiperbóreo; Andrés, joven de cabeza rapada, estudiante prestigioso de Ciencias Políticas, deja su Ecuador natal y se suma, para encargarse de las plantas aromáticas y medicinales; Miguel fervoroso emprendedor y de una voluntad nietzscheana, rasga la tierra en surcos simétricos, para sembrar comida a fin de alimentar sus hambreados penitentes, que vienen cada día a ALAS, para buscar hortalizas o frutas para su pitanza.
Son otros también los regimentados, y no falta un cura, es Teofano, Monje ortodoxo, Obispo Adjutor de San Vicente, Gran Canciller de la Orden Bonaria, que secunda como vicepresidente a Don Santiago, quien nos muestra un autoclave para fabricar dulces en frasco, y encurtidos en vinagre, una futura panadería, y ampliaciones para los galpones de cría de conejos y pollos. Allá arriba hay un techo de chapas nuevas, me dice el guía sonriente, lo envió desde España, el hermano Manuel, yo pregunto, quién es el hermano Manuel, y me muestran un cuarto cerrado con grueso film de polietileno lleno de pollitos bataraces y colorados, construido con euros enviados por el mismo hermano Manuel y sigo mi recorrido hasta que en un ángulo veo la bandera azul y blanca, con su cruz octópoda y sus ángulos cóncavos coronados en Tadmur, y doy gracias a Dios por ser bonario, por saber que nuestro Gran Maestre, el Príncipe José Manuel Mosquera y Castelo, también es el hermano Manuel para estos Caballeros , llenos de Gracia y Magistral ciencia en una huerta orgánica singular, donde se abolió el dinero por decreto, y el trabajo, “ Laboris Solis “ es la única moneda. Aquí todo se paga con gotas de sudor humano, el que trabaja come y da a otros en abundancia, soldados, estudiantes, ingenieros y curas en una nueva cruzada contra la usura y los poderes demiúrgicos de este mundo.
Luego de un excelente almuerzo, que vino en coche desde el hogar de los Siciliano, preparado por Cristal, Chef Internacional de cocina, hija de Don Santiago, regado por un Malbec mendocino, servido a 6º por el Mayor Juan, entre relatos de sus aventuras en el Pasaje de Drake y el Canal de Magallanes en los idus de marzo de 1978, a bordo de los transportadores de tropas en conflicto del Beagle, los proyectos e ideas luminosas de Santiago, la nostalgia de nuestro amado Quito con Andrés, se nos paso la tarde bonariamente y regresamos otra vez sin misa, pero con el corazón lleno de colores azules y blancos, sabiendo que aquí en Alas, el oro bonario es verde hortaliza, gris suave de los conejos de Flandes y colorados de los pollos camperos, sabiendo que con un conejo de 3 kilos, verduras y huevos, come una familia y no hay hambre en Rafael Calzada.

Termino mi crónica de este domingo presagiante de un inminente chubasco de Santa Rosa, pensando en un joven afectado y presumido que se hace llamar Profesor, y desde un programa de radio impopular, habla sin parar de etiqueta y buenos modales y critica a nuestra Presidente, la Sra. Cristina Fernández de Kirchner por su modo de vestir, andar y comer. Recordando que alguna vez ese mismo joven tuvo la pretensión de ser uno de los nuestros y que hasta llegó en su fantasía a crear un sitio web de una falsa orden bonaria, y pienso en lo bueno, útil y necesario que sería dedicar su tiempo a Obras , ya que para ser un noble en estos días, no basta alquilar un frac o caminar con elegante bastón, porque eso sería parecerse más a Carlitos Chaplin que a un soldado de la cruz, dado que el uniforme de un hombre de la casa de Tadmur, en el Centro Alas, también son las manos sucias de tierra , que huelen a conejos, a pollos, o al sudor que se produce empuñando el mango de una pala o de un áspero rastrillo, y es allí donde la Flor de Liz, perdió sus líneas afrancesadas y se transformó en mazorca y voluntad.Monseñor Alfredo Montrezza