El buen Rey, iba a camino, desenredando el hilo, entre dédalo y Dédalo, sin ardides, como esperábamos, seguía solo, diríase un Teseo, cogido de su mano lleva un niño, marchan ahora de ojos cerrados, tienen una guía, mujer de agua y claro de luna, quieren llegar al Limbo, y los espera Caronte, pero el Poeta espía desde su piedra sin lascar, distrayendo a Quimera, a 4, a 2, a 1, y con aplausos les muestra que arriba hay una esfera negra y estrellada, fría de noche tras noche, y seguirán los tres su ventura, ahora con números de a 8, aunque el Rey esperaba nueves, imaginando Sefirot, en cartas Crowlianas, pero de Borges vino al niño el cuento y con su memoria repitió el encanto, ahora servil Golem les marca un destino, Idus en el tercero, y otra vez nueve de Lerma, un acertijo, caminan ya cansados, el joven Rey y su trepida corte de dos, en uno, que necesariamente es compás, de escuadra y plomada, y así balbuceando una plegaria al lobo, las arañas tejieron una estela, y la mujer sabia, danzó la danza, de corolas entrelazadas, se quemará el Irminsul, promete el Rey, y el niño retoma la marcha, dicen que Ariadna, o que Terpsicore, y Clio, le muestran otra salida, y el toro Minos, con llantos del exilio, muestra finalmente el limbico umbral, zócalo perenne, se ve un Castillo, que emerge Bonario, de jaspe y algarismos, entre cráneos y sepulturas, finalmente hallará el Rey plumas de ganso y cera para las alas, ya remontan , ya vuelan, bajo miradas pías de un Faetón, redimido y tolerante, gozoso de ver al Rey emplumado, rozar los rayos del Vril sin dañarse.
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Huete, 21,45.30 de Abril. 2009.
Huete, 21,45.30 de Abril. 2009.
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+++Alfredo,
Capellán Bonario.
+++Alfredo,
Capellán Bonario.