Caravaggio es famoso porque fue allí donde nació Michelangelo Merisi, conocido por el “ Caravaggio", uno de los grandes maestros de la pintura de todos los tiempos. Su fama está asociada sobre todo al impresionante Santuario erigido en el punto en el que el 26 de mayo de 1432 la Virgen se le apareció a una mujer de los alrededores, Giovanetta Varoli. Allí brotó un manantial en el que se reunen hoy en día millones de peregrinos para rememorar el lejano acontecimiento.
El primitivo sendero que a través de los campos de Caravaggio conducía a la escena del milagro fue reemplazado por una espléndida avenida arbolada de casi 30 metros de ancho, que llega al Santuario desde la carretera provincial Padana Superiore. Sìtuado bajo el altar mayor, el Sacro Fonte es el centro de la atención. Los estatuas de la Virgen y de Giovanetta recuerdan el extraordinario diálogo entre la Signora della Fontana y la campesina. Bajo los pies de María surge el manantial, que abastece de agua el Sacro Fonte y las dos piscinas del exterior. Cada año un millón y medio de peregrinos llegan al Santuario de Caravaggio.
El momento de mayor afluencia (entre 50 y 60.000 personas) es el 26 de mayo, aniversario de la Aparición.
Nuestra visita a Bergamo y de allí al Santuario de Caravaggio, guiados por el Arzobispo Ortodoxo Don Guiovanni Climaco Mapelli, Jefe espiritual de Monza y Milán, fue algo impresionante, el día estaba lluvioso y el aire presagiaba el terrible terremoto que acontecería 48 horas después causando centenas de muertos.
Monseñor Mapelli y el Padre Damiano, nos mostraron a Mons. Cipriano, Exorcista de Milán y a mí, la estructura de ese Santuario, tal vez único en toda Europa, dedicado a exaltar la unión de las Iglesias Romana y Ortodoxas, en el Concilio de Florencia en el SXV.
En el templo dos grandes imágenes expresan claro el simbolismo de la unidad florentina, son Pedro y Andrés, los apóstoles que llevaron el mensaje del evangelio a Occidente y a Oriente.
Este Santuario es un lugar de refugio, y en el ocurrieron varios milagros relacionados con esta condición de “ Lugar de Amnistia “, en 1520 un asesino era llevado a la guillotina, pero era el día 26 de Mayo, y estaban los peregrinos en la ciudad, aun asi no se suspendió la ejecución, pero llegado el momento terrible, la guillotina se detuvo a escasos centímetros del cuello del condenado, en un signo inequívoco del perdón de la Virgen, posteriormente este bandolero se convirtió en un célebre predicador y anacoreta, la iglesia lo recuerda como Giovanni Doménico Mazzacagna.
Monseñor Mapelli un gran erudito de la Ruta de los Santuarios de Bergamo, Monza y Milán, nos cuenta que en 1550 un soldado del ejército del General Griffoni de la República Veneta, robo una preciosa taza del santuario, y no consiguió mover la mula donde había escondido su robo, luego el General Griffoni hizo construir un templete recordando el echo, y en 1752, debido a la erosión del agua de la fuente milagrosa, se elevo un Obelisco, pero en 1910, fue reemplazado por el actual monumento conmemorando el segundo centenario de la Coronación de la Imagen de Nuestra Señora de la Fuente.
Una antigua placa de mármol dice en latin que en 1432 se erigió un pequeño hospital y una capillita para atender los enfermos que venían a beber el agua sanadora, y que el Papa León X, en 1516 había autorizado que se construyera una gran iglesia a la Virgen, pero fue San Carlos Borromeo, quien en 1575 confió la edificación al arquitecto Pellegrino Tibaldi.
La Actual Basílica esta en medio de una plaza, rodeada por una galería de 200 pórticos, que cubren 800 metros, en medio corre un canal de agua cristalina de 50 metros de largo, del que recogen agua centenas de peregrinos, y ala entrada vemos el obelisco de 1752.
Cada pórtico se abre sobre una pintura del Via Crucis, colocada allí en 1942 por el Papa Pio XII.
El interior está decorado en mármol por el Ingeniero Giuseppe Merlo de Milán y fue inspirado en Altar de la Confesión, en la Capilla Vaticana de Miguel Ángel Buonarotti.
El interior está decorado en mármol por el Ingeniero Giuseppe Merlo de Milán y fue inspirado en Altar de la Confesión, en la Capilla Vaticana de Miguel Ángel Buonarotti.
Los dos Arzobispos, Mons. Valerian y Mons. Mapelli, rezaron de rodillas a la Virgen, para que se produzca otro “ Milagro “, como el del Concilio de Florencia que determine el fin del “ Cisma “, y la unidad de todos los cristianos.