Tuesday, August 26, 2008

Solemne Misa Advocación Stella Maris.-


Hoy se recuerda el día en que la Virgen María, bajo la advocación de Stella Maris, fue proclamada Patrona de la Armada Argentina, el 18 de agosto de 1937, por Decreto del entonces presidente de la Nación, Agustín Pedro Justo.

A las 11 de la mañana, frente a la parroquia Stella Maris de la Base Naval Puerto Belgrano, se celebró una misa de campaña en conmemoración de la patrona de la Armada y de la Prefectura Naval Argentina presidida por el comandante de Operaciones Navales, contralmirante Luis Oscar Manino, junto al prefecto mayor Ricardo Blanco. div>
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La celebración religiosa contó con la presencia de autoridades y personal de la Armada, de Prefectura Naval, Fuerza Aérea y Ejército Argentino.
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La ceremonia comenzó con el ingreso de las banderas de guerra del Comando de Operaciones Navales y de la Prefectura en tanto que la Banda de Música de la Base Naval Puerto Belgrano ejecutó las estrofas del Himno Nacional Argentino. El oficio religioso estuvo a cargo del jefe del Servicio Religioso del Comando de Operaciones Navales, el Capellán del Priorato General de la República de Argentina ,y Gran Collar de la Orden Bonaria, Capitán de Fragata Fr.+ Capellán Don Carlos Alberto Pita.O.B+GC.

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“Es un gesto de fe y afecto filial por parte de nuestra institución a María que en todas las circunstancias de la vida naval nos garantiza su ayuda y materna protección”, expresó el Capellán del Priorato General de Argentina, Hemrnao Pita respecto a la patrona de la Armada.
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“Esta celebración nos invita a mirar a María como madre y maestra, modelo y paradigma, implorando su ayuda dispuestos a atesorar sus enseñanzas. Ella nos invita a conservar la esperanza, a no desanimarnos ante las dificultades o sufrimientos que puedan presentarse en nuestras vidas”, pronunció el capellán castrense.

La Estrella del Mar es Estrella de Esperanza, quien guía nuestra travesía.

Origen de la plegaria a Stella Maris

La advocación a nuestra Señora Stella Maris es casi tan antigua como la divulgación de la fe cristiana. Los primeros registros escritos donde aparecen referencias a María como Estrella del Mar, son las letanías lauretanas aprobadas en el siglo XVII por el Papa Paulo V. A fines de dicho siglo el mismo Papa aprobó otras letanías surgidas en Hispanoamérica en las que se encuentran mayor cantidad aún de referencias a Stella Maris.

La Virgen María siempre estuvo muy presente en los navegantes cristianos y su representación con Stella Maris emanó de los mismos corazones de los marinos de antaño.

El 22 de marzo de 1908 se colocó en Mar del Plata la piedra fundamental de la capilla Stella Maris, ubicada en una lomada próxima a la costa a la que caracterizó a tal punto que desde entonces es conocida como la loma de Stella Maris. Comenzó como un pequeño edificio y fue finalmente bendecida el 7 de marzo de 1912. El templo y el colegio construido en 1918, son conducidos desde aquel entonces por la Congregación de Hermanas Adoratrices.

La ciudad de Mar del Plata se caracterizó desde sus orígenes por la actividad pesquera desarrollada por familias de inmigrantes, en particular de origen italiano. A partir de 1917, cuando se habilitaron las facilidades portuarias, cien lanchas a motor y a vela comenzaron a operar desde la conocida banquina de pescadores, aumentando constantemente la importancia de esta actividad productiva. Desde esa misma época y en especial a partir de 1925, con la inauguración de la Base Naval, se incrementó la operación de unidades de la Armada desde el puerto marplatense.

En síntesis, la presencia de navegantes, y sus familiares, en la ciudad se aumentó incesantemente.

La capilla Stella Maris era la más visitada buscando protección o consuelo, pero también había otras personas devotas que asistían a sus celebraciones. Entre ellas la señorita Brenda Bassi, poetisa y pintora, con varios libros publicados, era allegada a las Hermanas Adoratrices por su frecuencia en la capilla.

En 1936, encontrándose en Mar del Plata, la Hermana Superiora le comentó que muchos pescadores, marinos y familiares concurrían a la capilla a orar y a solicitar estampitas y alguna guía sobre la mejor forma de rogar a la Virgen. Es así como le propusieron que escribiera una plegaria.

Brenda Bassi escribió dos plegarias a Stella Maris. Una en italiano, que llamó Preghiera del Pescatore, y otra en castellano Plegaria del Marino. Esta última es la que da origen a nuestra actual Plegaria a Stella Maris.

El texto original sufrió modificaciones ante la necesidad de actualizarlo a la terminología de la Armada y a aspectos que es lógico que la poetisa no dominara. Por ejemplo, se agregaron referencias a la Aviación Naval, a la Infantería de Marina y a la Gran Familia Naval. Ambas plegarias están fechadas el 17 de julio de 1936.

En agosto de 1937 por decreto del Poder Ejecutivo, firmado por el General Agustín P. Justo, Presidente de la Nación, fue aprobada la designación de Nuestra Señora Stella Maris como patrona de la Armada Argentina, y el obispado fijó como fecha de su celebración el último viernes del mes de noviembre, tal como lo estipula nuestro Reglamento de Ceremonial Naval.

En los considerando del decreto se hace referencia a la devoción manifiesta del personal de la Armada hacia Stella Maris.

Plegaria a Stella Maris

Oh María,
estrella esplendorosa de los mares,
que derramas el fulgor inagotable de tu gracia
sobre la inmensa soledad marina
que dominas el viento y el oleaje
y señales su ruta al navegante,
protégenos piadosa
en las tempestades del alma
y en los embates del mar.

Bendice a la Armada de la Nación Argentina
haciéndola fuerte en la paz,
valerosa en la guerra
y generosa en la victoria.

Concede que sea siempre la suya
misión de amistad y de concordia
en todas las latitudes del mundo.

Bendice a quienes
desde las férreas naves y desde el aire
custodian sobre el mar
el honor de nuestra Patria
y de nuestra Bandera.

Bendice a quienes defienden nuestras costas
y a todos los que, por su trabajo,
componen la gran familia naval argentina.
Bendice a los seres amados del hogar
sobre los que imploramos
tu protección celestial.

Danos fortaleza en las ausencias,
aliento en la esperanza
alivio en los pesares,
constancia en la virtud.

Valor para los sacrificios que nos exige
el cumplimiento integral de nuestro deber.
Oh Madre y Señora Nuestra, Stella Maris,
escucha las plegarias de nuestros corazones.
Te suplicamos que nos orientes y nos conduzcas
al puerto de la bienaventuranza eterna
concediéndonos en la vida y en la muerte
la misericordia dulzura de la paz. Amén.