Friday, September 28, 2007

RECORDANDO AL MARQUES DE LAS MARISMAS DEL GUADALQUIVIR.-

Siguiendo con este apartado inagurado hace unos días, en el segundo capítulo lo quiero dedicar a otra gran persona, muy conocido por todos debido a su profesión. Espero que disfruten de la pequeña pincelada que de este gran personaje vengo a dar cuenta en esta ocasión. Espero y deseo que cada semana disfruten con la información que encontraran.

Luis Escobar Kirkpatrick (Madrid, 1905; Madrid, 1991) autor teatral, director de teatro y actor español, marqués de las Marismas del Guadalquivir.

Relacionado con la alcurnia conservadora madrileña, en 1938 fue nombrado Jefe de la Sección de


Teatro dependiente de la Jefatura de Propaganda del Ministerio del Interior del primer gobierno de Franco, y fundó y dirigió la Compañía de Teatro Nacional de FET y de las JONS, que al final de la guerra pasaría al Teatro Español de Madrid, donde realizó una labor muy digna.
Fue director del Teatro María Guerrero de Madrid, y también del Teatro Español y dueño del Teatro Eslava.

Escribió diversas comedias y dirigió dos películas: La honradez de la cerradura, basada en una obra de Jacinto Benavente y primera película de Paco Rabal como protagonista y La canción de la Malibran.

Pasados los 70 años, Luis García Berlanga le dio un papel en “La escopeta nacional”, sátira de las cacerías en tiempos de Franco. Su interpretación del Marqués de Leguineche, dueño de la finca donde se daba la cacería tuvo tanto éxito que dio lugar a otras dos películas: Patrimonio Nacional y Nacional III, en las que el marqués y su familia eran los protagonistas absolutos y en los que se trataba la realidad político-social española.

Gran amigo del Marqués de Araciel (Parasicólogo y vidente universal), Don Luis Escobar lo invitó al Palacio de Linares precisamente durante el rodaje de dichas películas. De todos es sabido que por aquella época, estaba en “boga” el maleficio del mencionado palacio, donde se contaba que según la leyenda, el Marques de Linares habría tenido apasionado idilio con una supuesta estanquera, fruto de cuya relación vendría al mundo una niña, Raimunda, fallecida a muy corta edad y que supuestamente se manterializaría en los pasillos del palacio. También se cuenta, que una condesa que lo habitó, había huido de él un noche en medio de gritos y refiriendo toda clase de vocablos al ver una siniestra imagen, supuestamente la de la niña Raimunda, en el corredor de una planta del palacio mientras se dirigía a sus aposentos.

A parte, mencionar las “singulares” figuras decorativas tanto de algunos rincones del interior del palacio, como las que decoran el patio. Pero el Marqués los días que paso en el mismo no aprecio fenómeno paranormal alguno, aunque para ser justo, en una ocasión pasados los años, le pregunté a mi querido tío Diego sobre el particular y él me confeso que una de las noches si escuchó ruidos “inquietantes”, como los llamaba él, desde una de las zonas cerradas a cal y canto del palacio. Al día siguiente intento acceder al lugar de donde habían venido los ruidos la noche anterior, pero no consiguió autorización por parte de los propietarios del mismo…

Comienza así Escobar una carrera como actor plagada de interpretaciones memorables, casi siempre encasillado en el papel de aristócrata con tintes autoparódicos (A la pálida luz de la luna) o en producciones que no siempre estaban a la altura de sus apariciones (El Cid Cabreador).
Murió durante el rodaje de Fuera de juego de Fernando Fernán-Gómez y la gala de los Premios Goya, celebrada al día siguiente de su fallecimiento, se convirtió en un sentido homenaje a su memoria.

Marquesado de las Marismas del Guadalquivir

El primer marqués de las Marismas del Guadalquivir fue Alejandro María Aguado, marqués de las Marismas del Guadalquivir; Sevilla, 1784-Gijón, 1842. Político, militar, comerciante y financiero español perteneciente a una acaudalada familia de origen judío. Adherido a los afrancesados durante la guerra de Independencia, fue ayudante de campo del mariscal Soult. Posteriormente fue agente financiero de Fernando VII, quien le concedió el título nobiliario, y fundó en París una casa de banca que operó a escala internacional. En 1828 adquirió la nacionalidad francesa. Gran amigo de San Martín, al que ayudó en sus últimos años, nombrándolo incluso tutor de sus hijos y albacea. Impulsor de la carretera carbonera entre Langreo y Gijón, murió en Gijón cuando asistió a la inauguración de la misma. La ciudad le recuerda con una calle en el barrio de La Arena. En Argentina, probablemente en agradecimiento a su ayuda a San Martín, una pequeña ciudad lleva su nombre.

Por Carlos, conde de Oroszlány



Gran Chambelán.-