Tuesday, December 20, 2011

LIBRO DEL DIA.- Belén Gopegui: La escala de los mapas.-

Idioma original: español
Fecha de publicación: 1993
Valoración: No sé

Hace tiempo que quería hacerme con este libro por los buenísimos comentarios que sobre él he leído y escuchado y también para acercarme, de una vez por todas, a la obra de Belén Gopegui, a la que considero una de las escritoras más intrigantes de España por su aspecto tímido y melancólico y su reticencia a participar en el lado más frívolo del mundillo literario, repleto de eventos en los que menos de libros se habla de todo.

Y ya está, lo he leído. He leído esta curiosa pieza llamada La escala de los mapas, con la que Gopegui debutó como escritora en 1993, con 30 años, y despertó el entusiasmo de celebridades literarias como Carmen Martín Gaite o Francisco Umbral, que la consideró la mejor novelista de su generación. El libro también recibió importantes premios y desde entonces su autora no ha dejado de escribir y publicar con relativo éxito.

Y todo esto está muy bien, sí, pero, ¿de qué va este libro? Y lo que es más importante, ¿por qué me veo incapaz de calificarlo (lo siento en el alma, Jaime)?

Me explicaré...

La escala de los mapas es una curiosa novela corta narrada a base de eso que llaman prosa poética, en la que su autora hace gala de su particularísimo, intimísimo, algo rebuscado y enredado, bastante demencial y poco ortodoxo estilo para narrar la ¿historia de amor? entre un peculiar geógrafo llamado Sergio Prim y su amor-platónico-que-termina-por-tornarse-en-real, Brezo Varela. La mayor peculiaridad de esta en apariencia sencilla trama radica en que su protagonista no sabe cómo reaccionar cuando se ve correspondido por el objeto de sus deseos y acaba introduciéndose él mismo en una serie de mareantes y atosigantes diatribas existenciales que le conducen a la terrible conclusión de que se ve incapaz de tener una relación "normal", en el tiempo y en el espacio debidos, con su idolatrada Brezo.

Y ya está, ya he dicho de qué va el libro, lo demás es meterse en la cabeza de Prim y acompañarle en sus locuras y desvelos, vericuetos argumentales y desquiciantes que se nos aparecen como perfectamente creíbles gracias a la habilidad de Gopegui para escribir en el filo de la locura y la ensoñación más dolorosa y menos complaciente. Por esto es por lo que no puedo decir si considero este libro algo que está bien, muy bien o que es digno de recomendar: me ha dejado tan patidifuso y me ha costado tanto leerlo pese a ser breve, que me veo incapaz de hablar maravillas de él. Pero ello no es óbice para que le reconozca a su escritora un talento turbador y tan inclasificable como el aura de misterio y de criatura inaccesible que supura ella misma en sus fotos.

Vamos, que no me atrevo a recomendar La escala de los mapas: sólo a escribir sobre él, que ya es bastante.