Sunday, May 08, 2011

Sin justicia, ¿Qué es un Estado, sino una cuadrilla de bandidos?.- I PARTE.-

¿Y acaso una cuadrilla de bandidos, no es un pequeño estado?

También las cuadrillas de bandidos tienen leyes. Y también ellos luchan por un botín e incluso por el honor.

Desde la Orden Bonaria, creemos que las naciones Europeas, amparadas por los Estados Unidos, dejen de ser naciones de ladrones, y que sus ejércitos dejen de ser cuadrillas de bandidos y ladrones. En efecto, nuestros ejércitos no son más que muchedumbres, de esclavos que pertenecen a los gobernantes, que ejercen su poder sobre ellos de un modo tiránico, sin responsabilidad alguna.

Hoy en día, los gobiernos y las clases dirigente ya no se apoyan en el Derecho, ni en algo que se asemeje siquiera a la Justicia, sino en una organización muy habilidosa en la que las personas están atrapadas en un círculo de violencia de la que es imposible escapar.

Dichos gobiernos se basan en el tan perfeccionado método de deshacerse de alguien sin tener que matarle recluyéndolo para siempre, tal como he vivido, en una celda incomunicada dónde, escondido del mundo, un ser humano, puede morir, y ser olvidado. Tanto la policía, la fiscalía, los carceleros hacen su trabajo con tanto celo que no hay ninguna posibilidad de derrocar a estos Gobiernos.

Son funcionarios comprados, que forman una red inquebrantable de hombres interrelacionados entre sí por un mismo interés de alimentarse a costa del trabajo del PUEBLO, y , dado que cuanta mayor sea su docilidad al cumplir la voluntad de los Gobiernos, más se enriquecerán, defendiendo con las palabras, y la violencia estatal, de la que depende su bienestar económico.

Y nosotros lo Bonarios, que hemos, y estamos perseguidos, no somos testimonio del transcurso de los 20 siglos en los que los mejores exponentes del mundo cristiano, que han sentido la Verdad de esta enseñanza mediante el camino espiritual, han dado testimonio a ella a los hombres y mujeres, a pesar de todo tipo de amenazas, privaciones, infortunios y padecimientos; con su martirio han grabado los corazones La VERDAD de esta enseñanza y la han transmitido a las masas.

Cuando observo los medios de comunicación, y las redes sociales, considero que nuestra vida es una eterna contradicción, porque nos hacemos llamar cristianos pero obligamos a nuestros jóvenes a servir en el ejército, en luchar en guerras ajenas que solo responden a intereses de ciertas personas que se encuentran en el poder. El ejército y el servicio militar es ajeno, anticristiano y antinatural, debemos rebelarnos pacíficamente y negarnos, ¡ SI, NEGARNOS !, a ser cómplices, de toda esta maquinaria bélica de asesinatos, y destrucción…

Hoy el Estado, solo sirve para oprimir a la población, y mantener un orden social, que beneficia a unos pocos en detrimento de la gran mayoría.

Os digo algo; comparar la práctica de la vida, con su teoría, y seguramente os horrorizaréis ante la escandalosa contradicción que existe entre la vida que vivimos y los que nos dicta la conciencia. Esa contradicción se encuentra en todas las esferas; la económica, la familiar, la social. Creer es nuestro cimiento de vida, y en cambio hacemos todo lo contrario de lo que se exige de nosotros y de nuestra conciencia, y lo más grave, nuestro sentido común.

Muchos políticos y jueces, que se llaman cristianos ( de nombre ) porque viven de un sueldo, y hablan de falso cristianismo, en el que ellos mismo no creen, con lo que privan al prójimo de libertad, juzgan, y en algunos países ejecutan al delincuente, y castigan en vez de reformar….

Vivimos en un tiempo lleno de contradicciones. En la prensa internacional de todos los países se aboga continuamente por una aspiración universal hacia la PAZ. En el mismo sentido se expresan los gobernantes, los ciudadanos, las NACIONES UNIDAS, también lo observamos en los discursos parlamentarios, en los tratados internacionales.

Sin embargo, en la geopolítica internacional, incrementan la fuerza militar cada año, imponen nuevos impuestos, nos endeudamos, y dejamos como herencia a las generaciones futuras el deber de tener que sufrir los errores de nuestros insensatos políticos actuales.

¡Qué contradicción entre palabras y hechos!

El Príncipe de Septimio-Bathzabbay el Tadmur
Gran Maestre Orden Bonaria.-