Thursday, March 03, 2011

LIBRO DEL DIA.- Pascal Mercier: Tren nocturno a Lisboa.-

Idioma original: alemán
Título original: Nachtzug nach Lissabon
Año de publicación: 2004
Valoración: se deja leer


Viviendo en Lisboa, y teniendo un amigo que se llama Amadeus do Prado, era inevitable que terminara leyéndome esta novela, que trata de un viaje a Lisboa y en la que aparece un personaje que se llama Amadeu de Prado. Así que, cuando hace un mes me compré un billete para el tren nocturno a Lisboa, me compré también un ejemplar de Tren nocturno a Lisboa. Ocasiones de hacer tonterías así, no hay que dejarlas pasar. Y yo estaba preparado para que aquello fuera una experiencia lectora única, casi mística, entre otras cosas porque me habían hablado muy bien del libro, y bueno, por todo lo demás. Pero no. Tanto la experiencia viajera como el libro me decepcionaron bastante.

Mira que el libro empieza bien (aunque la idea no sea la más original del mundo): un rutinario y algo aburrido profesor de lenguas muertas, Raimund Gregorius, también conocido como Mundus, presencia el posible intento de suicidio de una mujer portuguesa en un puente de Berna; después compra un misterioso libro íntimo-filosófico escrito por un misterioso autor, Amadeu de Prado, que se opuso a la dictadura Salazarista. Y en ese momento Gregorius decide cambiar su vida, dejarlo todo y coger ese mismo día un tren (varios trenes) que le lleven a Lisboa, la ciudad en la que vivió Amadeu.

Y ahí es donde mi interés por el libro se desploma. Porque empieza bien, con un personaje principal con el que es fácil simpatizar, y mezclando elementos de intriga con reflexiones más o menos filosóficas sobre la vida, el tiempo o la muerte (reflexiones de Amadeu que pueden emparentarse con el Libro del Desasosiego, de Pessoa, que el autor cita explícitamente); pero luego, cuando Gregorius llega a Lisboa, el autor se entretiene otras 300 páginas en reconstruir una trama de tortuosas relaciones personales y familiares que a mí no me han llegado a interesar en ningún momento, de manera que las últimas 100 o 150 páginas del libro las hojeé más que las leí.

Además, hay demasiadas cosas que suenan a falso: para empezar, Lisboa. No sé si Mercier ha vivido en la ciudad o no, pero sus referencias (la Rua Augusta, Alfama, Bairro Alto) son demasiado obvias y demasiado superficiales, casi turísticas. Y también, la trama. Un desconocido llega a una ciudad extraña donde hablan un idioma que no domina, y en una semana, tirando de listín telefónico y mucha, muchísima suerte, ha conseguido introducirse en el círculo de otra persona, ha conocido a todos sus familiares y allegados, y estos le han revelado sus secretos más íntimos. Porque sí. Pues no me lo trago.

En fin, que no está mal, es un libro curioso, sobre todo al principio, pero no es lo que promete. Más bien es una versión suizo-portuguesa de La sombra del viento, con ínfulas de algo más. Y le sobran 300 páginas. He dicho.