Monday, October 04, 2010

En contacto con la Naturaleza.-

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os daré descanso. Aceptad mi yugo y haceos mis discípulos, ya que soy bueno y humilde de corazón, y encontraréis reposo (hesiquía) para vuestras almas pues mi yugo es suave y mi carga ligera. (Mt.11, 28-29).

En la tradición espiritual de la Orden Bonaria, está el continuo escrutinio de la Naturaleza, de su fuerza y de sus formas. Nuestros hermanos de Devoción practican la tradición Hesicasta, observando la belleza del cristianismo en todo ser vivo vegetal o animal.

Porque hay que encontrar a Dios, como hacen en las tradiciones orientales, en la quietud, el silencio y la Paz.

Ellos utilizan los poderosos mantras, emitiendo el sonido de perfección, al igual que nosotros, «Kyie eleison», «Señor ten piedad». Es la misma fórmula, más o menos desarrollada. Esta plegaria repetitiva que el monje utiliza no es un medio que, al cabo de doscientas o trescientas repeticiones, le permitan encontrar a Dios.

Y esta mística, yo la encuentro en la meditación, y en el Arte del Bonsai, es una forma de abstracción, de evasión del mundo, de encontrarse con Dios, y con la Naturaleza en un instante lleno de vacío, y precioso de contenido. En ese momento encuentro mi Hesequia, el estado de tranquilidad, de paz, o de reposo. El arte del Bonsai, es ser uno con la naturaleza, a través del árbol, y en ese contacto de belleza, uno admira a Dios como creador.

Quien la posee, dicen los sabios de muchas religiones, se encuentra equilibrado, vive en paz y a la vez, calla y guarda silencio. Recuerda a la actitud que Platón afirma corresponde al auténtico filósofo: que se mantiene tranquilo y se ocupa de lo que le pertenece. Y también se ajusta a las palabras del Libro de los Proverbios: el hombre sensato sabe callar ; o al estilo del solitario de quien dice el profeta Baruq: Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Como Bonarios, debemos comprender que hay que ser uno con la Naturaleza, debe haber un equilibrio perfecto, debemos estar en contacto con ella.


Un Bonsai es una planta vivaz de tronco leñoso, el nombre de Bonsai se compone de dos signos gráficos japoneses "BON" significa recipiente y "SAI" árbol. La traducción literal no es, por tanto, otra que árboles de maceta o, más exactamente, plantas cultivadas en maceta. En realidad son reproducciones de los viejos arboles que crecen libremente en la naturaleza, y que con unas técnicas apropiadas de poda, alambrado y composición, se consigue darles ese aire de árbol gigante a pesar de su minúsculo tamaño.


Contrariamente a lo que pensamos el bonsai nace en China, como objeto de culto para los monjes taoístas y sólo después este arte se difunde en Japón. Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.

Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsais estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad. Según la tradición, aquellos que podían conservar un árbol en maceta tenia asegurada la eternidad, así fue como los monjes disponían los árboles pequeños en vasijas a lo largo de las escaleras de los templos y hasta eran fuente de adoración.

En el sur de China el arte del Bonsai consistía en transmitir todas las características de un árbol desarrollado en la naturaleza a un árbol pequeño cultivado en maceta. Se buscaba reproducir estos árboles según los existentes en las altas montañas por lo cual utilizaban sólo especies que existían en los montes y que ya poseían formas especiales en su intensa lucha contra las adversidades climáticas.

Asimismo se empiezan a incorporar técnicas más complejas, ya se utilizan más especies, y no sólo las que poseen a mano, sino que son traídas de lugares lejanos. Recién durante el siglo XX el bonsai llega a manos de todos los humanos que deseen adentrarse en su arte, y ya con una disciplina bien estructurada.


Estilo Fukinagashi.-


Golpeado por los vientos. El nombre lo dice todo. El árbol debe dar la impresión de vivir sobre una colina expuesta al viento. Forma ideal para todas las especies. En este estilo hay que eliminar todas las ramas que crecen “contra el viento”.



Este bonsai simboliza la búsqueda de la libertad de expresión por parte de los artistas.


Más allá de sus elementos técnicos elaborados y de los resultados visibles que se obtengan en el tratamiento de un árbol, se podría decir que, lo más importante de un bonsái, es su contexto filosófico y lo que transmite.