El mausoleo de Tamerlán es uno de los edificios que conforman el complejo funerario conocido como Gur Emir ("Tumba del Emir"), dentro de la propia ciudad de Samarcanda.
La expansión de los mongoles hacia Asia occidental estuvo protagonizada por Timur, conocido en Occidente por Tamerlán, fundador del Imperio timúrida. Jefe de una tribu turco-mongólica que conquistó el Irán, Mesopotamia, Siria y el Asia Menor y descendió hasta la India haciendo de su organización tribal un imperio mundial. Timur quería completar el sueño de restaurar el imperio de su predecesor Gengis Kan.
A pesar de su temible fama, fue un gran promotor de las artes y el responsable de originar un nuevo florecimiento cultural y artístico promovido desde la capital, Samarcanda, reconstruida por él mismo. Trajo a los mejores artistas del momento en Oriente y Occidente para levantar y hacer realidad sus aspiraciones. Gran parte de este esplendor no se ha conservado; no obstante, la concepción de una de sus empresas arquitectónicas más importantes, el plano de Gur Emir, se ha reconstruido, excepto su monumento funerario que se alza con gran maestría en uno de los extremos.
En su origen, la planta del conjunto se componía de varias construcciones situadas alrededor de los tres lados de un patio cuadrado flanqueado a su vez por cuatro alminares en las esquinas. A través de un pórtico se accedía al patio con una madrasa al este y una yanaqa al oeste, mientras que el mausoleo se alzaba al sur. De hecho, la tumba, junto con sus estructuras adyacentes, son las ruinas más relevantes de todo el complejo.