Tuesday, April 05, 2011

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Es lamentable la pérdida de tiempo que le supone a la Orden Bonaria el tener que defenderse constantemente de los ataques mal intencionados a los que se ve sometida.

Es natural que en una civilización materialista como la presente se trate de menoscabar todo aquello que no siga la corriente actualizada; pero la falacia y la calumnia dejan de ser naturales para convertirse en armas indignas de una verdadera civilización.

El materialismo hoy campea a sus anchas; ha ganado una importante batalla –aunque no la guerra-: ha logrado que la gente piense cada vez menos y se deje arrastrar cada vez más por las olas de opinión claramente manipuladas (o por lo menos, claras para quienes no están atrapados por la ola).

El materialismo no debe discutir con nadie, porque nadie se le opone; antes bien, se le pide casi disculpas por discrepar en ciertas ideas… Y pobre de aquel que discrepa,… Pues ése es un “enemigo de la sociedad” que esconde designios monstruosos de sangre y tiranía…

La Caballería tradicional, no la de “opereta”, disfraz, y golpes en el pecho, sino esa otra de búsqueda del Conocimiento, al contrario de la situación planteada por el materialismo, no es “moda” en el presente.

No es sencillo exponer esta ancestral forma de pensamiento, sentimiento y vida, porque la propaganda imperante ha hecho caer en el ridículo todo lo que se refiere al hombre interior, al auténtico Hombre.

Nunca más evidente el que la Historia la escriben los que ganan… tengan razón o no, se ajusten a la verdad o no.

¿Cuál es la actitud a adoptar? ¿Callar elegantemente, sin dar importancia a las calumnias?

Entonces se nos aplicará aquello de que “el que calla otorga”.

¿Réplicas en todas las oportunidades?

Entonces nos veremos sometidos a un juego sin fin que, en el mejor de los casos, representará una gran pérdida de tiempo y un desvío del quehacer natural de nuestro trabajo. La trampa está bien tendida, ya que “hagas lo que hagas, te arrepentirás”.

No obstante, creemos firmemente que este laberinto tiene su salida, y estamos decididos a ir por ella. Si bien es cierto que toda calumnia, por falsa que sea, siempre deja una mancha detrás suya, también es cierto que la mentira termina por caer tarde o temprano, dado que se asienta sobre bases irreales.

Hay, pues, que destapar mentiras, mostrarlas con claridad a la vista de quien quiera observarlas, y mantener en alto el estandarte bonario, que no es una moda más, ni es fruto de sectarismo alguno, ni es arma contra ninguna sociedad.

Se trata de reafirmar la esencia natural y auténtica del ser humano, aquello por lo cual recibe y merece la denominación de humano: no su cuerpo, que envejece, enferma y muere, sino su espíritu amplio y libre, el forjador de las obras más maravillosas que jalonan la Historia de la Civilización.

Así, que mis estimados Hermanos y Hermanas, simpatizantes y amigos, enemigos; si vosotros, también estáis en nuestro corazón, sigamos moviendo este mundo en la rueda de la Sociedad actual y ser bienvenidos a Nuestra Orden.-

El Príncipe de Septimio-Bathzabbay El Tadmur.-

Gran Maestre de la Orden Bonaria

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