Idioma original: castellano
Fecha de publicación: 1960
Valoración: muy recomendable
Esta vez tengo una buena excusa para avanzar otro pequeño trecho de mi taimado proyecto "Todo Borges": se ha publicado hace poco el remake que ha hecho Fernández Mallo de este libro en cuestión. Estoy leyendo la versión nocillesca y no quería dejar de hacer reseña del original antes de dedicarme a la copia. Lógico, ¿no? Platónico, al menos.
Este es quizá el libro más heterogéneo de Jorge Luis Borges (en dura competición con Atlas). En él hay relato, poesía y ensayo: o sea, todo lo que Borges sabía hacer e hizo. Como es habitual en toda su obra, los límites entre géneros no están nada claros. Los poemas son lo más reflexivo de todo el libro, mientras que no hay ningún ensayo que no se convierta en narración. Lo peculiar de El hacedor es su falta de propósito y de unidad.
Las piezas que lo componen incluso fueron escritas en diversos momentos. Sin embargo, o precisamente por eso, se trata de uno de los libros más inconfundiblemente borgianos. Los espejos, la ceguera, el anhelo imposible de encerrar el mundo en la palabra, el anglosajón y sus mitologías, Dante: todas las obsesiones de Borges están aquí. Contiene textos celebérrimos como el "Poema de los dones" o "Borges y yo". Si tuviera que elegir, yo me quedaría con dos. Uno se titula "Ragnarök" y narra un supuesto sueño del propio Borges. En el sueño, los Dioses vuelven tras un exilio de siglos, pero lo que al principio es entusiasmo colectivo no tarda en truncarse... El otro pertenece a la parte final del libro, que está separada del resto bajo el título "Museo". En esta parte Borges se dedica a lo que mejor sabía hacer: el fake, el extracto de erudición apócrifa. La pieza a la que me refiero también es bastante conocida, y probablemente sea uno de los textos literarios más citados por lógicos, filósofos y críticos de arte: "Del rigor en la ciencia". Lo podéis escuchar aquí.
No es un "imprescindible" a la altura de Ficciones, por ejemplo, pero sí es un gran texto, que debéis correr a leer si es que no lo habéis hecho ya. Y por favor, ni se os ocurra leeros antes el remake de Fernández Mallo.




