Árabes e israelíes partidarios de impulsar las negociaciones de paz mostraron hoy decepción por la omisión del controversial tema de los asentamientos de Cisjordania en la reunión del gabinete de seguridad de Benjamín Netanyahu.
El encuentro semanal de Netanyahu con un selecto grupo de siete ministros, incluidos los de Defensa y Relaciones Exteriores, se realizó ayer en Jerusalén y, según se anunció oficialmente, discutiría la posible ampliación de una moratoria temporal en las áreas ocupadas.
La reanudación de las labores constructivas en barrios israelíes de este territorio ocupado de Cisjordania, tras expirar el pasado 26 de septiembre un congelamiento de 10 meses, amenaza con abortar el diálogo directo palestino-israelí, promovido por Estados Unidos.
Netanyahu y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, reanudaron las pláticas cara a cara el pasado 2 de septiembre en Washington, pero el segundo decidió abandonarlas ante la negativa de su interlocutor a mantener la paralización de las edificaciones.
Representantes de la Liga Árabe, que el fin de semana se reunirá en Libia para discutir el asunto y definir la posición a adoptar, estaban expectantes y esperanzados en que el gabinete sionista aprobara una extensión de la moratoria por otros 60 días.
Sin embargo, el sitio de noticias israelí Ynetnews destacó hoy que contrario a reportes iniciales, la reunión ministerial sólo debatió la preparación de Israel para enfrentar flotillas humanitarias hacia la Franja de Gaza, que mantiene bloqueada desde 2006.
También se incluyó en la agenda la labor del llamado Comité Turkel de la ONU que investigó y condenó el asalto por soldados sionistas a la flotilla Libertad, el 31 de mayo, con saldo de nueve pacifistas turcos muertos y decenas de heridos.
La comunidad internacional considera ilegal los asentamientos en este territorio palestino y en la parte oriental de la también ocupada ciudad de Jerusalén, donde las construcciones nunca han cesado.
Medios noticiosos en Tel Aviv apuntaron que Netanyahu accedería ante Washington a extender la moratoria por dos meses a cambio de que no se le pida una nueva prórroga y se permita continuar la ejecución en Cisjordania de proyectos iniciados después del 26 de septiembre.
Otro factor de tensión en este territorio ocupado fue el incendio de una mezquita en la aldea de Beit Fajjar, cerca de Belén, donde israelíes extremistas dañaron copias del Corán, alfombras, el piso y escribieron mensajes ofensivos al Islam.
Una delegación de rabinos israelíes radicados en las colonias visitó la mezquita profanada y condenó el ataque afirmando que el Islam no es una religión hostil, declaración que intentó apaciguar la irritación entre la población musulmana del lugar.
El encuentro semanal de Netanyahu con un selecto grupo de siete ministros, incluidos los de Defensa y Relaciones Exteriores, se realizó ayer en Jerusalén y, según se anunció oficialmente, discutiría la posible ampliación de una moratoria temporal en las áreas ocupadas.
La reanudación de las labores constructivas en barrios israelíes de este territorio ocupado de Cisjordania, tras expirar el pasado 26 de septiembre un congelamiento de 10 meses, amenaza con abortar el diálogo directo palestino-israelí, promovido por Estados Unidos.
Netanyahu y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, reanudaron las pláticas cara a cara el pasado 2 de septiembre en Washington, pero el segundo decidió abandonarlas ante la negativa de su interlocutor a mantener la paralización de las edificaciones.
Representantes de la Liga Árabe, que el fin de semana se reunirá en Libia para discutir el asunto y definir la posición a adoptar, estaban expectantes y esperanzados en que el gabinete sionista aprobara una extensión de la moratoria por otros 60 días.
Sin embargo, el sitio de noticias israelí Ynetnews destacó hoy que contrario a reportes iniciales, la reunión ministerial sólo debatió la preparación de Israel para enfrentar flotillas humanitarias hacia la Franja de Gaza, que mantiene bloqueada desde 2006.
También se incluyó en la agenda la labor del llamado Comité Turkel de la ONU que investigó y condenó el asalto por soldados sionistas a la flotilla Libertad, el 31 de mayo, con saldo de nueve pacifistas turcos muertos y decenas de heridos.
La comunidad internacional considera ilegal los asentamientos en este territorio palestino y en la parte oriental de la también ocupada ciudad de Jerusalén, donde las construcciones nunca han cesado.
Medios noticiosos en Tel Aviv apuntaron que Netanyahu accedería ante Washington a extender la moratoria por dos meses a cambio de que no se le pida una nueva prórroga y se permita continuar la ejecución en Cisjordania de proyectos iniciados después del 26 de septiembre.
Otro factor de tensión en este territorio ocupado fue el incendio de una mezquita en la aldea de Beit Fajjar, cerca de Belén, donde israelíes extremistas dañaron copias del Corán, alfombras, el piso y escribieron mensajes ofensivos al Islam.
Una delegación de rabinos israelíes radicados en las colonias visitó la mezquita profanada y condenó el ataque afirmando que el Islam no es una religión hostil, declaración que intentó apaciguar la irritación entre la población musulmana del lugar.
