Thursday, September 02, 2010

MARCO ARANA RECIBE HOY PREMIO INTERNACIONAL DE LA PAZ EN AACHEN (AQUISGRÁN), ALEMANIA .-

Hoy 1ro de setiembre en Alemania, en la ciudad de Aachen, conocida en español históricamente como Aquisgrán, el sacerdote ecologista Marco Arana recibirá el Premio Internacional de la Paz. La premiación se realiza este día pues se conmemora el inicio de la 2da guerra mundial, con el recuerdo de ¡Guerra Nunca Más!

En una horas, el alcalde de esta importante ciudad, junto a su cuerpo edilicio; directores de instituciones de sociedad civil acompañarán por las calles de la ciudad a los activistas pacifistas en una sencilla pero simbólica caminata hasta la famosa Aula Carolina (en la que solía reunirse el emperador Carlomagno) donde habrá una ceremonia. En horas de la noche en la Municipalidad será entregado el premio, luego de que Marco Arana pronuncie su discurso, el mismo que se adjunta.

La prensa local le está dando gran cobertura, lo mismo que la prensa del sur.

“Este premio lo recibo con humildad y a nombre de la causa de la justicia que esperamos se abra paso en nuestro país”, declaró Marco Arana.

El cura ecologista reveló que el día de ayer estuvo en el Parlamento Europeo hablando con un miembro importante de la comisión ambiental de la Unión Europea en relación a la iniciativa de los europarlamentarios para prohibir la minería de cianuro a sus empresas en Europa y los países donde trabajen. “El tema es complicado, hay conciencia pero a la vez es uno de los grandes negocios de las mineras. Ellos dicen que trabajar con cianuro en Europa puede ser seguro si se siguen todas las regulaciones ambientales, pero admiten que esa capacidad no esta presente en los países pobres”, señaló Arana.

“Sin duda, toca a nuestros países tomar las decisiones y para ello necesitaremos gobiernos incorruptibles, desarrollar nuestra institucionalidad ambiental y saber bien cuales son nuestros objetivos de desarrollo de largo plazo. Un gran desafío!!”, aseveró finalmente Marco Arana.


PARA VIVIR EN PAZ ENTRE NOSOTROS SE REQUIERE LA PAZ CON LA TIERRA

Discurso de Marco Arana con ocasión del Premio Internacional de la Paz en Alemania, 2010


"Elige el camino de la vida y vivirás, elige el camino de la muerte y morirás"
(Dt 30, 15-20)

Sres, Sras,

Todos aquellos y aquellas que se sienten defensores de la Vida Humana y de la Tierra y celebran que su causa sea reconocida y premiada en Alemania o en cualquier lugar del mundo donde haya ojos, oídos y voces que luchen porque sean reconocidas la dignidad fundamental de todos los seres humanos y de la Tierra misma...

Muy buenas tardes (o noches) a todos y todas Uds! Agradezco a los grupos de personas e instituciones y al Municipio de la Ciudad de Aachen que han querido reconocer nuestra labor a favor de los derechos humanos y ecológicos con el Premio Internacional de la Paz, 2010.

Con ocasión de este premio internacional, vengo a decirles lo que hemos aprendido todos estos años junto a nuestros pueblos de los andes y amazonía: que saber vivir en paz entre nosotros los seres humanos, será una tarea inútil y vana si a la vez no sabemos vivir en paz con la Tierra, con los demás seres vivos. La historia de la vida tiene un origen y un destino común. Lo decía hace más de un siglo el sabio Jefe Seattle: "Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es solo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo".

Debo admitir que recibir este premio en Alemania apenas suscitará interés y difusión en los medios de comunicación de mi país. Para los grandes intereses económicos del mundo, el Perú ha vuelto a ser el centro del interés mundial ya no por poseer ricas vetas de oro y plata como hace más de 500 años, sino porque ahora las nuevas tecnologías permiten extraer rentablemente el oro microscópico de las entrañas de los Andes y la Amazonía, esta vez utilizando millones de toneladas de cianuro de sodio mezclado con agua para obtener unas pocas, pero muy valiosas, toneladas de oro. Otra vez, los hijos de los andes y la amazonía que eran sus eternos guardianes están siendo despojados de sus territorios, apresados, torturados e incluso asesinados porque, como decía un escritor peruano del siglo pasado, para la voracidad del capital que se impone a los pobres: "El mundo es Ancho y Ajeno" (Ciro Alegría).

En Perú estamos luchando para detener la irracionalidad económica ecocida y para que todos tomemos conciencia que el mundo no es tan "ancho", tan "inmenso", tan "inagotable", sino que el mundo es solo el pequeño planeta azul, nuestro pequeño y único hogar que podemos, como lo estamos haciendo, poner en peligro y destruir. Estamos luchando para que el mundo, la Tierra, no nos sea ajena, o mejor dicho no les sea enajenada a los hombres y mujeres de los andes y la amazonía que siempre vivieron en él, no llamándole "naturaleza", como si fuera algo distinta y opuesta a la sociedad, como lo propone la racionalidad baconiana (Bacon), sino llamándole como nuestros antepasados: "Pachamama", "Madre Tierra" o Yacumama: "Madre Agua".



La tarea es muy difícil porque aun nos cuesta mucho comprender que solo los que nos sintamos "hijos de la Tierra" podremos realmente defenderla y ya decenas de personas han sido amenazadas, torturadas o asesinadas en las regiones de Piura, Cajamarca, Amazonas o San Martín, en el nororiente de Perú.



Como en muchos lugares de América Latina y del Asia o África, los que en Perú defendemos la Tierra, estamos siendo vistos como una amenaza a "la fiebre del crecimiento económico". Actualmente, más del 70 % de las denuncias por violaciones de DDHH ante la Comisión Interamericana de DDHH de las Naciones Unidas están asociadas al avance de las industrias extractivas. Para favorecer la expansión voraz del capital, desde nuestros gobiernos, se dictan leyes para expropiar las tierras de los pueblos indígenas y las comunidades campesinas; se criminaliza la acción de los defensores medioambientales; se pretende calificar como "ecoterroristas", no a los que destruyen la Tierra y quieren cancelar la propiedad de los territorios donde habitan los que siempre han vivido allí, sino a los que defendemos la Tierra, incluso a costa de arriesgar nuestras vidas y las de nuestros familiares y amigos.


Estamos en una hora crucial para la vida de la Tierra, y con ello, de nuestra especie. Si solo pensamos en cómo aumentar el enorme consumo de los más ricos y nos obstinarnos insensatamente en una ecológica y socialmente cuestionable manera de entender el "bien-estar", seguiremos poniendo en peligro la oportunidad que Dios nos ha dado de poder ser "buen-ser" o como dicen poéticamente los sabios de los pueblos indígenas: la cuestión de fondo es ya no solo "bien-estar", sino "buen-vivir", ya no solo "estar-bien", sino "vivir-bien" que no es lo mismo.


Hay un largo trecho por recorrer para las décadas de vida que cada uno tiene en su paso por los caminos de la Madre Tierra. Somos hombres y mujeres "viajeros" o como decían los místicos medievales, somos la especie "Homo viator", viajeros a bordo de una nave celeste o un arca, parte de una tierra que aún, a pesar de todo lo que le hemos hecho sigue siendo verde y lucha agónicamente contra las sombras grises de las emisiones de gas carbónico, fluorocarbonos, o la devastación del cianuro y el mercurio que están poniendo en peligro la vida misma de todos los habitantes de las selvas y los andes de Perú y, por efecto agregado, de todos los habitantes del planeta.

Tenemos una visión, una fe, una esperanza que no dejará que se cansen nuestras manos y pies que caminan hacia los "Cielos y tierras nuevas" (Segunda Carta de San Pedro 3,13).

Recibo este premio en nombre de todos y todas los que en Perú y Alemania sentimos que crece cada día el número de seres humanos en el norte y en el sur, en el este y el oeste, que se descubren a sí mismos como "Hijos de la Pachamama, de la Madre Tierra". Cada vez somos más los que sabemos que la causa de los derechos humanos, es más radicalmente la causa de los derechos de la Madre Tierra, y que tendremos que luchar contra esa forma de ceguera que antropocéntricamente aún nos hace creer, que los derechos humanos pueden cautelarse, sin cautelar, a la misma vez, los derechos de todos los seres vivos, o como lo han conseguido decir formalmente los hermanos indígenas ecuatorianos en su Carta Constitucional: existen derechos de la naturaleza. Naturaleza de la cual los seres humanos debiéramos ser su parte más responsable, más ética, más solidariamente buena.


Bienvenido sea este premio, si es que es, para todos nosotros, ahora, una oportunidad para seguir luchando contra los actos que siguen hiriendo mortalmente el agua y la Tierra; desafiándonos al anuncio y compromiso con la construcción de la verdadera paz, aquella que también nos lleva a vivir en paz con la Tierra, con el Hermano Sol, la Hermana Luna, la Hermana Agua o como dicen los quechuas, aymaras y amazónicos del Perú: con Nuestra Madre Tierra.

En nombre de todos los peruanos y peruanas que conformamos el Movimiento Tierra y Libertad y de los pueblos con los cuales estoy luchando todos estos años en la defensa de la Vida, les digo:

Dios pagaraicu! (Trad. Quechua: Dios se los pague, se los tenga en cuenta)

Muchas gracias!
Danke shön!

Aquisgrán, 1ro. de Setiembre 2010.