Monday, September 13, 2010

Interculturalidad.-

Empezaré formulando una evidencia: todas las culturas son el resultado de una permanente fecundación mutua. No son estáticas: el diálogo entre ellas, así como la tarea filosófica de intentar tomar conciencia del propio mito, de cuestionarlo y de transformarlo y de buscar equivalencias entre diferentes discursos culturales, constituyen el proceso por el cual cada persona y cada cultura contribuyen al destino de la humanidad y del universo.

La interculturalidad se manifiesta en cuanto que característica intrínsecamente humana y, por consiguiente, cultural. Emana de la conciencia de los límites de cada cultura y de la relativización de todo lo humano.

Hoy, al igual que antaño, cuando se superó el período de las grandes cruzadas, se impone el diálogo interreligioso como una necesidad perentoria. Tras las grandes cruzadas se tendió en el mundo cristiano a optar por otra estrategia, por las empresas más bien espirituales contra judíos y musulmanes, por las controversias filosóficas bien organizadas y promovidas por la Inquisición. Estas empresas, que entran en el marco de las cruzadas, han permitido la elaboración de reflexiones sobre la alteridad religiosa. Desde este punto de vista, se puede decir que han tenido, a pesar de todo, una consecuencia positiva: el descubrimiento del sufismo por parte de los cristianos y, en el mundo musulmán, el desarrollo de los estudios de religiones comparadas. De ahí podemos afirmar el nacimiento de un verdadero diálogo entre cristiandad e islam. Utilizamos el término «desarrollo» porque este tipo de estudios existía ya en el mundo arabomusulmán, en los siglos X y XI, gracias a Ibn Taymiyya e Ibn Hazm. Este último, por ejemplo, había investigado sobre la condición de la mujer en las religiones monoteístas. No parece que en la misma época se hubiesen hecho estudios similares en el mundo cristiano medieval. Lo cierto es que posteriormente, sobre todo a partir del siglo XIII, aparecieron en España hombres que, como Ramon Llull, y por razones que la Historia no desmiente, se esforzaron en abrir sus horizontes y empujar el diálogo interreligioso, tal como la Orden Bonaria, hizo el año pasado.

El Gran Maestre Orden Bonaria.-