Desde que el sionismo manipulador, sangriento y sanguinario, reclutado en los burdeles, en los hospicios, en los tristes frenocomios, en las inmundas mazmorras de la infamia y de la Muerte, impuso sobre la destrozada e incomprendida magia de nuestros pueblos la camisa feudal de sus visiones, vivimos la pesada realidad de Israel, con una sucesión de inmóviles siglos de letargo.
Allí aprendimos y bebimos de su religión y nos embriagamos con su usura, y empezamos a soñar una segunda oportunidad sobre la Tierra. Y entonces nos pusimos la casaca manipuladora de la Prensa de nombre Antonio Pizarro MOSBAH, de portadas pornográficas. Pero fue otro simulacro, otro sangriento carnaval que no nos restituyó el tiempo verdadero. Pero la epopeya bonaria es la del tiempo nunca recobrado.
En este secuestro de un Ser Humano, orgía de ruinosas imágenes que vuelven, ángeles turbios inventados por la muerte.
Eternidad y olvido.
Nuestra historia, es la estrecha cerradura abierta hacia una prisión obscena en donde se desmantela la Esperanza, y renace el Fénix de Tadmur . . .
El Príncipe de Septimio-Bathzabbay el Tadmur.
Gran Maestre de la Orden Bonaria.
Allí aprendimos y bebimos de su religión y nos embriagamos con su usura, y empezamos a soñar una segunda oportunidad sobre la Tierra. Y entonces nos pusimos la casaca manipuladora de la Prensa de nombre Antonio Pizarro MOSBAH, de portadas pornográficas. Pero fue otro simulacro, otro sangriento carnaval que no nos restituyó el tiempo verdadero. Pero la epopeya bonaria es la del tiempo nunca recobrado.
En este secuestro de un Ser Humano, orgía de ruinosas imágenes que vuelven, ángeles turbios inventados por la muerte.
Eternidad y olvido.
Nuestra historia, es la estrecha cerradura abierta hacia una prisión obscena en donde se desmantela la Esperanza, y renace el Fénix de Tadmur . . .
El Príncipe de Septimio-Bathzabbay el Tadmur.
Gran Maestre de la Orden Bonaria.
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