El hombre es el plomo opaco y maleable, capaz de convertirse por las experiencias de la vida en oro resplandeciente, cualquier realidad y vivencia puede servir de mágico atanor.
Ese horno alquímico, transmutador de la conciencia humana, realidad inmutable que el verdadero seguidor de la caballería tradicional y mística debe conocer, trabajar y desarrollar a través de la conciencia social y el trabajo humanitario.
En los tiempos duros y aciagos que en esta existencia nos toca vivir, debemos ser fuertes de mente, y equilibrados de espíritu. Esa es la gran dificultad, ¿cómo hacerlo en un entorno difícil?
La tradición evoca a través del ritual, el pasaje del hombre por la vida, pero este sin la fuerza mistérica que actúa sobre la incertidumbre de lo que puede ocurrir, carece de cierto valor. Eso lleva a ciertos grupos neotemplarios a meditar más en política que en realización…
Un ejemplo, estar secuestrado legalmente, sin formal denuncia, en un limbo temporal sin fecha de libertad y sin ver a nuestros seres queridos, debe llevar al pro-hombre, al caballero evolucionado,a desarrollar su mente, intelecto y fuerza espiritual, aprovechando este inconveniente temporal como probeta de trabajo iniciático y vida monástico-guerrera.
No sentirnos vencidos, como el más común de los hombres, donde factores; libertad restringida, delincuentes peligrosos, encierro por horas eternas, minaría nuestra integridad.
En este momento debemos actuar como lo que somos, no en grandes ceremonias, espejo del teatro que es el mundo… sino en la Vida misma.
El Príncipe de Septimio-Bathzabbay el Tadmur
Gran Maestre O.B.
Ese horno alquímico, transmutador de la conciencia humana, realidad inmutable que el verdadero seguidor de la caballería tradicional y mística debe conocer, trabajar y desarrollar a través de la conciencia social y el trabajo humanitario.
En los tiempos duros y aciagos que en esta existencia nos toca vivir, debemos ser fuertes de mente, y equilibrados de espíritu. Esa es la gran dificultad, ¿cómo hacerlo en un entorno difícil?
La tradición evoca a través del ritual, el pasaje del hombre por la vida, pero este sin la fuerza mistérica que actúa sobre la incertidumbre de lo que puede ocurrir, carece de cierto valor. Eso lleva a ciertos grupos neotemplarios a meditar más en política que en realización…
Un ejemplo, estar secuestrado legalmente, sin formal denuncia, en un limbo temporal sin fecha de libertad y sin ver a nuestros seres queridos, debe llevar al pro-hombre, al caballero evolucionado,a desarrollar su mente, intelecto y fuerza espiritual, aprovechando este inconveniente temporal como probeta de trabajo iniciático y vida monástico-guerrera.
No sentirnos vencidos, como el más común de los hombres, donde factores; libertad restringida, delincuentes peligrosos, encierro por horas eternas, minaría nuestra integridad.
En este momento debemos actuar como lo que somos, no en grandes ceremonias, espejo del teatro que es el mundo… sino en la Vida misma.
El Príncipe de Septimio-Bathzabbay el Tadmur
Gran Maestre O.B.

