Sunday, November 01, 2009

Museo Orden.-

En Venecia tuvo lugar, la reunión con la Orden iniciática que se mantiene en secreto, de carácter gibelino, heredera directa de las enseñanzas de la Orden de los Germanos, a través de Hermann Pohl , y de la masonería Turca. Importantes personalidades de la vida Veneciana, y Romana forman parte de esta poderosa Orden.
Se han llegado a acuerdos de trabajo bilateral, y conjunto entre las dos Órdenes. Es increíble que ciertos sectores de la orden masónica hayan sido perseguidos, y difamados por ciertos esquemas sociales.
Creo, que todo está motivado por la persecución de la conciencia histórica. Para los cristianos como yo comprometidos con la realidad histórica que nos ha tocado vivir, la conciencia histórica de la sociedad civil y de la sociedad política, se levanta desde los cimientos sólidos de las conciencias morales de las personas y de las comunidades comprometidas con el Evangelio y la Tradición Apostólica de la doctrina milenaria de la Iglesia.
La conciencia histórica del Cristianismo mantiene vivos y muy unidos, los derechos universales y las culturas de las naciones, de aquellas comunidades civiles que saben y conocen los caminos que conducen al progreso, y también les recuerda y advierte de los errores humanos que la oscurecen con el odio de la persecución, las fratricidas guerras, el aborto, la eutanasia, el racismo, el cientificismo amoral eugenésico, la intolerancia y los totalitarismos ideológicos de la deshumanización de la persona y el olvido de Dios.
Sin el progreso moral, es inviable el progreso material, económico, social, político, cultural, espiritual, científico, jurídico, en cualquier sociedad civil.
Todo cristiano, debe “obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch. 5, 29). Desde el Nuevo Testamento, y a lo largo de toda la fructífera Tradición doctrinal de la Iglesia, se ha mantenido viva la conciencia moral de ser cristiano, porque traicionar la conciencia es despreciar el fundamento de la misma Verdad: Cristo, Dios hecho hombre que muere y resucita para salvarnos del pecado y de la muerte, para darnos la entereza moral y espiritual que alimenta lo más sagrado de la persona: la conciencia. POBRES LOS QUE LA HAN PERDIDO, que es su propio veneno, porque además de la propia conciencia, han perdido el corazón, no el moral, pero si el físico, que se está volviendo de piedra, pudriéndose con su vida miserable.
Esta fidelidad a la conciencia moral cristiana, es la que mantiene unida a la Iglesia en las coordenadas históricas por las que atraviesa a lo largo de los siglos, por más que las circunstancias políticas, sociales, filosóficas y culturales sean adversas a ella y la persigan con el fin de imponerse sobre el hombre, al despojarlo de los valores fundamentales del Evangelio que la mantienen viva en la Verdad y la Eternidad manifestada en la razón y la conciencia.
La persecución de la conciencia cristiana, no difiere a lo largo de los siglos, pues, siempre responde a las pretensiones del poder por eliminar la conciencia moral y ética, ya que por medio de ella se denuncia y descubre las mentiras del poder totalitario.
Así, los primeros cristianos se negaron a quemar incienso ante el emperador porque sólo
adoraban a Cristo Redentor, el mismo de nuestra Capilla Ortodoxa, el mismo que fue profanado, el mismo que ahora entre los obispos, llaman el Santo Cristo del Latrocinio; el Cristo que evangelizaba la verdadera libertad de conciencia y la aceptación de la autoridad política siempre y cuando no invadiera la libertad del hombre. Cuando los fariseos preguntan a Cristo sobre ello, su respuesta es muy clara: “Pagad al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios” (Mt, 22, 21).
Así que el sentimiento espiritual de un pueblo, de un rebaño, en Cuenca, ¿a quién pertenece?, y
si ese rebaño esta por un montón de países, con sus pastores, que ven en el PRIMADO, la cabeza de todos ellos, ¿cómo decidir, como juzgar…?
Los cristianos del siglo XXI debemos seguir aprendiendo de los primeros cristianos, de los primitivos, que dentro del Imperio Romano, rechazaban la idolatría politeísta del paganismo, pues, sus dioses eran dioses de la guerra, del hedonismo, de la esclavitud, del terror de los sacrificios humanos; y sus leyes, leyes inicuas e injustas ya que permitían la esclavitud, la pobreza, la guerra, el aborto, el infanticidio, la homosexualidad y la promiscuidad sexual.
El laicismo radical, junto al relativismo a-moral, socialista, va por la misma senda de destruir la conciencia moral personal y comunitaria, que al perder su conciencia supra-humana, de este neo-socialismo español, se impregna de un nihilismo totalitario, que los lleva al otro extremo de medida de su balanza, fascismo… ¡ No !
BALANCISMO.-
El Príncipe de Septimio-Bathzabbay El Tadmur.-

ARISTOCRACIA GIBELINA

EN EL MUSEO DE LA ORDEN






VENECIA, SITIO DE PODER

VENECIA, SITIO DE PODER