Monday, October 12, 2009

Un Santo Bonario en Turín.-

Estar junto a mi amigo el Maestre General de la Orden, frente al Altar que contiene los restos mortales de ese joven alpinista, político, periodista y buen católico, que fue Pedro Jorge Frassati, significa para ambos renovar el compromiso con y por la juventud, imitando a este joven italiano muerto en 1925, por un contagio de poliomielitis, al cuidar enfermos pobres de Turín.
Nuestro Beato nace en Turín el Domingo de Resurrección de 1901, hijo de Adelaida Ametis y de Alfredo Frassati, director del conocido periódico La Stampa. Es educado en un ambiente familiar severo y liberal, junto con su hermana menor, Luciana. Reciben la Primera Comunión en 1910. Desde pequeño destaca por su amor a los pobres y su preocupación por ayudar a los que lo necesitan. Pese a su buena posición social y económica nunca fue un "hijo de papá", renunciaba a todos sus privilegios y llevaba una vida austera, dedicando lo que ahorraba a los pobres que visitaba; a veces incluso pedía prestado para poder socorrer a los que lo necesitaban. Su intensa vida espiritual, basada en la oración y las obras de caridad, le llevó a plantearse su vocación sacerdotal. Sabía que contaba con la oposición de su madre, que se burlaba de los gestos de piedad de su hijo.
En su estancia en Alemania, los contactos con los católicos de aquel país, especialmente con el sacerdote Karl Sonnenschein, el "San Francisco de Berlín", le afianzan en el convencimiento de que su vocación es la de laico: Yo lo que quiero es ayudar a la gente y eso lo puedo hacer mejor como laico que como sacerdote; porque en mi país los curas no están tan en contacto con el pueblo como en Alemania. Como ingeniero de minas puedo, dando buen ejemplo, actuar de un modo más eficaz. Desde 1919 se incorporó a la Acción Católica, participando en congresos y numerosas actividades. Fue un gran deportista, amaba profundamente la montaña y sabía hacer partícipes a sus amigos de este amor por la naturaleza, que de modo espontáneo le llevaba a la alabanza del Creador. Sus excursiones eran a la vez actividades apostólicas, en las que destacaba siempre por su alegría. Su capacidad de sacrificio y renuncia se manifestó especialmente en su enfermedad.
Contrajo la poliomielitis a la cabecera de un enfermo y mantuvo en secreto su estado para no molestar a su familia, preocupada por la penosa agonía de la abuela. Cuando la abuela murió el 1 de Julio de 1925 era ya demasiado tarde para ayudar a PG, que moría tres días más tarde. Su entierro fue la primera revelación para su familia de la grandeza de PG, ante la gran avalancha de personas desconocidas y humildes que se congregaron para rendirle homenaje. Fue casi el inicio de su proceso de canonización.

PALABRAS Y PENSAMIENTOS DE PEDRO FRASSATI, EJEMPLO DE UN ESPIRITU BONARIO.

el sacrificio: Nuestra vida, para ser cristiana, tiene que ser una constante renuncia, un continuo sacrificio, que no pesa si se considera qué son estos pocos años pasados en el dolor en comparación con la eterna felicidad, donde la alegría no tendrá medida ni fin, donde disfrutaremos de una paz que no se puede imaginar.

la fe: Hay que agarrarse con fuerza a la fe; ¿qué sería sin ella toda nuestra vida? Nada, pasaría inútilmente. La fe que me dio el Bautismo me dice con voz segura: solo no harás nada, pero si tienes a Dios por centro de todos tus actos, llegarás hasta el final.

la montaña: Cuando se hace montañismo hay que ordenar primero la propia conciencia, porque nunca se sabe si se va a volver. Pero todo esto no me asusta y cada vez me gusta más escalar los montes, alcanzar las cimas más difíciles, sentir esa alegría pura que sólo se tiene en la montaña.

Mons. Alfredo Montrezza.-