Friday, March 27, 2009

KULAMPAJA 2010.-

Sigue nuestro hermos proyecto por tierras Argentinas, Kulampajá 2.010, en dónde llevaremos alegría, sonrisa a los niños, ya ha confirmado la asistencia dos "payasos", que harán surgir sonrisa a estos niños y niñas...

En las fotos entrega de libros y juguetes.


“El largo clamor de las poblaciones afligidas de sed viene desde los tiempos remotos, balbuceando ya en lenguas indígenas, grabado en las ingenuas teogonías del poblador aborigen, que esculpe en los cacharros de su ajuar figuras representativas del dios de la lluvia…” Así expresaba M. Bernárdez en su libro La Nación en marcha (Buenos Aires, 1904), el protagonismo del agua (y de la falta de agua) en la vida cotidiana de los primeros argentinos.

Fue buscando agua como Fuchs y Begin encontraron petróleo en Comodoro Rivadavia. Y fue buscando agua en las áridas mesetas de Culampaja y los bajos serranos de Quilmes, Belén y Chango Real -provincia de Catamarca- como se encontró oro, plata, cobre y estaño.

Entonces, los propietarios de los títulos mineros se hicieron ricos. Y los dueños de los escasos pozos de agua y manantiales, también.

Sin embargo, a los criollos que habitan esos valles y quebradas; a los sufridos acreedores de la impagable “deuda interna” argentina, ni la multiplicación del agua ni la multiplicación del oro los han ayudado a vivir mejor.

Antes al contrario, el agua fue mercificada (es decir, convertida en objeto de comercio) y tratada a nivel legal como un bien inmueble.

Créase o no.
El agua, tan necesaria para la vida, es hoy malgastada en la limpieza de rocas y minerales para la producción de oro, y también en el subsidio de una burocracia inepta y corrupta, que no ha logrado revertir, en un siglo, el cuadro de pobreza que pinta Bernárdez en su libro.