Monday, February 16, 2009

250 PERSONAS EN TIERRA DE NADIE.


Prisión de Guantánamo.El presidente Barack Obama ha estimado prioritario terminar con las actividades secretas de la CIA y cerrar la prisión “especial” de la Base de Guantánamo. Hasta allí la medida es plausible y tiene la aprobación internacionalmente. Pero la solución no es ni remotamente fácil. En Europa, la “aliada” cuya colaboración esperaba el nuevo presidente norteamericano, los pueblos no desean cargar con responsabilidades ajenas.

Hay malas conciencias que van desde las fuerzas armadas a los más altos tribunales de la justicia. El mundo recuerda también al mandatario saliente George W. Bush que hace solo pocos meses aprobó y recomendó ante la prensa la tortura llamado “el submarino”. Contó para apoyarse con un estudio de académicos de la Universidad de Harvard, “la más antigua, rica y prestigiada” casa de altos estudios de Estados Unidos, con una excepcional cantidad de famosos luciendo el Premio Nobel. Es la misma cara institución donde se diplomaron Barack Obama y su esposa. Los profesores Philips Heymann y Juliette Kayyen son los autores de una tesis financiada por el Departamento de Seguridad Nacional donde concluyen que el Presidente puede ser autorizado a aplicar “tortura cruel, inhumana y de trato degradante e incluso practicar asesinatos y detenciones”. Todo ello para “preservar la seguridad de la nación”. Y ningún constitucionalista objetó el “estudio académico”. El sistema del “submarino”, también llamado “de la bañera”, o “del inodoro”, se ha explicado extensamente en los medios; consiste en introducir la cabeza del interrogado bajo el agua hasta su sofocación para decidirlo a declarar.

Una investigación en profundidad realizada por la Unión Europea, hecha pública en junio del 2007 señala responsabilidades con nombres de políticos y gobiernos cómplices. Personalidades del más alto rango insisten en no reconocerse involucrados en los hechos. Muchos dirigentes tienen mala conciencia, en materia de violaciones de los Derechos Humanos. No se puede alegar desconocimiento de los cientos y cientos de “vuelos de la muerte” de la CIA y las horribles torturas a personas sin acusación formal y sin cumplir las normas de procedimientos legales comunes a todas las naciones.

El diario Le Figaro de París, el 25 de enero publica una nota sobre el tema con un gráfico donde se señalan países de Europa, Medio Oriente, Asia, Caribe y África, con el siguiente epígrafe: “El presidente americano ordenó el cierre de centros de detención donde los Estados Unidos hacían torturar a las personas sospechadas de pertenecer a al-Qaída”. Allí se mencionan, a más e Guantánamo (como norteamericano) a Polonia, Rumania, Iraq, Afganistán, Ubekistán y Pakistán. Además en el croquis mencionado se señalan a diversos países islámicos (en especial reinos) que no menciono por no poder creer en su complicidad. A mi entender, “no son todos los que están ni están todos los que son”.

Curiosamente, en EEUU nadie quiere hablar de responsabilidades penales de quienes impusieron o practicaron torturas, pues habría que empezar por el ex presidente Bush. El Washington Post del 17 de enero trajo declaraciones de un agente reconociendo que “nosotros torturamos a Qahtani en Guantánamo”. Y nadie sugirió procesar al autor de esa confesión. Sin embargo, la Comisión de Servicios Armados del Senado yanqui, según El País de Madrid, ha hecho público un “demoledor alegato contra la tortura”, donde “responsabiliza a Donald Rumsfeld”, el ex Secretario de Defensa de Bush “de abusos en Abu Ghraib y Guantánamo”. ¿Irá del Senado a la justicia?

Investigación Europea

En junio del 2007 el Consejo de Europa hizo público un informe realizado por el senador suizo Dick Marty mencionando los dos países ya citados del viejo mundo, “estrechos aliados de la Administración Bush”, con prisiones clandestinas de la CIA, cuyos gobiernos insisten en desmentir. Dicha investigación, según Le Figaro “ha puesto en claro la complicidad de 14 estados europeos, entre ellos el Reino Unido, Italia, Bosnia y Alemania en los transportes aéreos de prisioneros... las organizaciones de derechos del hombre, por su parte, han contabilizado 800 vuelos efectuados desde el 2001 por los seis aviones fletados por la CIA para transportar a los enemigos de Norteamérica de una prisión a otra”.

El mismo diario parisino da ejemplos increíbles de prisioneros. Un caso es el de Osama Nasr, llamado Abu Omar, “un extremista egipcio desvinculado del Movimiento Insurreccional de la Jamaah Islamiyah, arrestado en una calle de Milán por la CIA en 2003 con complicidad de autoridades italianas y transferido a El Cairo…él era cambiado de una sauna de alta temperatura a una habitación fría, suspendido por un gancho de los pie y picaneado”.

Khaled al-Masri, un alemán de origen libanés arrestado por error al ser confundido su nombre con el de otra persona, fue bárbaramente torturado durante cinco meses en Afganistán por creerlo implicado en el atentado de las Torres Gemelas.

En El País de Madrid, se informa que Eric Holder, designado por Obama como cabeza del Departamento de Justicia, reconoció que el sistema admitido y ponderado por George Bush, el llamado “submarino”, es tortura. “Los republicanos de la Comisión Judicial del Senado, preguntaron también a Holder sobre “su papel en el 2001 en el perdón concedido al fugitivo financista y amigo de los Clinton, Marc Rich”, una decisión muy criticada en su momento. Por supuesto, negó toda responsabilidad”.

¿Qué destino para las víctimas de Guantánamo?

Tienen razón de preocuparse los europeos por las consecuencias de Guantánamo. ¿Qué hacer con esos más de 250 hombres, incluso algunos detenidos cuando eran menores de edad? ¿Se los pondrá a cumplir condenas dictadas con tantas violaciones a los derechos humanos, desde secuestro, tortura, y otras múltiples negaciones de las más mínimas garantías legales? De dar por descontado que correspondería ponerlos en libertad e indemnizarlos, quien asume esos pagos? ¿Podrán circular libremente y ejercer la protección de leyes civilizadas.¿Se les permitirá exigir juicio y castigo por tribunales nacionales o internacionales contra culpables por delitos tan premeditados y alevosos contra los derechos humanos? ¿o no?.