Monday, February 22, 2010

“EL HOMBRE MURIENTE”.-

La esclavitud del Ser Humano civilizado le lleva a ser mortal, sexual y terriblemente condenado al trabajo.

La existencia humana está ubicada al sufrimiento por el hecho mismo de la temporalidad, basada en una escala de valores falsa; los bonarios somos observadores abstractos de la misma, por nuestro propio enfoque histórico.

La verdadera trascendencia de una élite debe tener en cuenta la valoración religiosa del mundo y de la existencia humana. Debe tener presente a la Muerte, como un rito de paso a algo, mucho más sublime y eterno. El hombre moderno ha perdido la Fe, con ello el pilar trascendente que para esa masa humana debería ser angustia ante la muerte, se convierte en angustia ante la nada.

El hombre moderno es muriente, devorado cada día por el tiempo, sin conciencia de haber existido en cada respiración.

La tradición espiritual de la caballería continua en el mundo, participando en la historia, siendo consciente que una parte del Grial, que pone fin a nuestras miserias y sufrimientos, nunca está lejos, pues se haya enterrado en nuestra familia, es decir, en nuestro propio Ser, y es un hecho extraño, como el de José de Arimatea en Prisión, en la Torre Oscura, quien nos revela el significado de esa búsqueda.

Es una experiencia sensible, que nos llega al alma en nuestra naturaleza más frágil, tanto psicológica como física, es cuando aparecen nuestros demonios, surgidos de nuestra psique; verdaderos maestros de la iniciación que nos torturan y matan, pero estos sufrimientos persiguen la trasmutación del hombre en el Proto-hombre. Esta “locura” cumple una función mística; revela ciertos aspectos de la realidad, inaccesibles para el resto de los hombres, y sólo después de haber experimentado esas dimensiones ocultas de la realidad, el “loco” asume la caballería tradicional, convirtiéndose en caballero, asumiendo LA ORDEN al kaos.

En esta Orden el concepto de la Gran Genetrix, Madre Tierra es sendero común y poder soberano. A ella le toca decidir si nacimiento y muerte son válidos, en el rito de depositar sobre la tierra que implica la idea de una identidad sustancial, olvidada en nuestra sociedad, entre Raza y Suelo, Sangre y Bandera…

Valores olvidados…
En los 62 días de secuestro.

El Príncipe de Septimio-Bathzabbay el Tadmur.
Gran Maestre de la Orden Bonaria.